Cuando tenía solo 19 años, Aliana Deveza organizó y se sometió a una operación histórica para salvar la vida de su madre.
Convenció a un hospital para que hiciera el primer intercambio de órganos en Estados Unidos, una intervención en la que se intercambiaron diferentes órganos entre pares de donantes no emparentados.
"Lo primero que pregunté cuando me desperté fue cómo estaba mi mamá ¿Está bien? ¿Lo logró? Yo ya no estaba realmente preocupada por mí, solo estaba concentrada en superar el dolor que sentía. Solo después de escuchar que todos lo habían logrado, pude respirar de nuevo", relata.
Cuando Aliana habla de "todos los demás", no está hablando solo de ella y de su madre, porque otras dos mujeres -unas hermanas- también habían sido operadas.
Uno de los órganos de Aliana iría a una de las hermanas y uno de los riñones de la otra hermana iría a la madre de Aliana.
Se estaban salvando dos vidas, con dos personas donando órganos a extraños para salvar a un miembro de su familia.
La operación fue el resultado de dos años de un trabajo arduo que dio sus frutos.
Aliana había salvado a su madre Erosalyn de años de diálisis renal, enfermedad y posiblemente una muerte prematura, y un completo extraño viviría una nueva vida.
Los riñones son uno de los pocos órganos que una persona viva puede donar a otra, ya que la mayoría de nosotros nacemos con dos pero solo necesitamos uno para vivir.
Sin embargo, las personas que necesitan un riñón no siempre pueden tomar uno de alguien a quien aman, incluso si esa persona está dispuesta a dárselo.
En 2019, se trasplantaron en todo el mundo alrededor de 150.000 órganos, una pequeña fracción del total de personas que necesitan uno nuevo.
Alvin Roth fue reconocido con el premio Nobel de Economía en 2012 por su trabajo al idear un sistema para ayudar a más personas a donar y recibir riñones.
"A diferencia de muchos órganos, es posible que alguien le dé un riñón a alguien a quien ama y le salve la vida", explica.
"Pero a veces no pueden quitarte el riñón a pesar de que estás lo suficientemente sano como para dar uno. Y tal vez yo sea el donante en un caso similar. Me encantaría dar un riñón a alguien que amo, pero no puedo. Pero tal vez mi riñón funcione para tu paciente y tu riñón funcione para mi paciente. Ese es el tipo de intercambio de riñón más simple donde dos pares de donantes se juntan y cada uno obtiene un riñón compatible de los otros pacientes", explica.
El trabajo de Alvin Roth y sus colegas dio como resultado un sistema que ha podido aumentar la cantidad de intercambios de riñón, por lo que ahora cada año se salvan miles de vidas.
Pero estos intercambios de órganos aún no son legales en todas partes.
En Alemania, por ejemplo, solo puedes dar un órgano directamente a alguien de tu familia inmediata. Eso es así porque existe preocupación de que las personas vulnerables tengan la tentación de vender un órgano a cambio de dinero.
En este tipo de trasplantes no solo participan pares de personas. En algunos casos, se han unido cadenas de personas para maximizar la cantidad de riñones compatibles.
En un caso, 70 personas diferentes se reunieron para que 35 donantes dieran sus riñones a 35 extraños para que otros pudieran tener una nueva oportunidad en la vida.
Aliana no pudo donar su riñón a su madre porque los médicos temían que los problemas renales que tenía su madre pudieran ser hereditarios, por lo que Aliana también podría tenerlos.
Pese a ello, ella todavía quería ayudar a su madre a conseguir un riñón nuevo, pero se le acababa el tiempo, así que empezó a investigar un poco y descubrió que podría ser posible cambiar parte de un hígado por un riñón.
"Empecé a investigar el tipo de órganos que se pueden donar mientras una persona aún está viva y el hígado era la respuesta más frecuente".
Aliana no sabía que esto era solo una posibilidad teórica y no era una operación habitual. Empezó a llamar a los hospitales para ver si podía donar parte de su hígado a alguien a cambio de un riñón para su madre.
Asegura que en algunos hospitales no entendían lo que ella quería decir: "Algunos hospitales que transferían mi llamada a la morgue, porque no sabían de lo que yo estaba hablando".
Finalmente, consiguió a la persona adecuada para el trabajo: John Roberts, cirujano de la Universidad de California en San Francisco.
"Él no menospreció mi idea. Yo era solo una chica de 19 años, y no sabía si sonaba como si estuviera loca. Mi familia estaba en contra porque no querían que me pusiera en peligro", cuenta.
Con la ayuda del hospital encontraron a las dos hermanas que formarían pareja con Aliana y su mamá. Una de las hermanas obtendría parte del hígado de Aliana y la madre de Aliana recibiría un nuevo riñón de la otra hermana.
Aliana no se arrepiente. Entonces, ¿por qué cree que más personas no están haciendo lo mismo que ella?
"Creo que la gente se aleja de la idea de la donación de órganos por miedo. Estas son operaciones importantes, definitivamente hay muchos riesgos, pero comprenderlo y pasar por el proceso con un equipo que estará allí para usted durante el proceso es lo que ayuda", asegura.
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