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Washington.— El poder de Jared Kushner en las relaciones exteriores de Estados Unidos, especialmente con países como México, es tal que en ocasiones llegó a suplantar el papel del Departamento de Estado y lo obvió en sus interacciones con otras naciones. O al menos eso explicó el exsecretario de Estado Rex Tillerson, quien en un testimonio ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, el 21 de mayo de este año, explicó cómo se enteró por casualidad de una visita a Washington del entonces canciller mexicano, Luis Videgaray.
Varios medios de Estados Unidos consiguieron una transcripción de la declaración a puerta cerrada de Tillerson, que incluyó una ocasión en la que coincidieron Videgaray, Kushner y Tillerson en un mismo restaurante, sin que este último supiera que el mexicano estaba en la ciudad. Según relató Tillerson, “ocurrió en numerosas ocasiones” que lo dejaran de lado en las conversaciones con y sobre México.
Según Tillerson, lo mismo pasaba con otros países, especialmente del golfo Pérsico, por ejemplo, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos o Catar, donde además de Kushner tenía cierta presencia el por entonces influyente asesor Stephen Ba- nnon. Tillerson duró un año y un mes en el cargo de secretario de Estado. Fue despedido, de forma sorprendente, a través de un tuit de Trump.