El Kurdistán iraquí esperaba este martes un "sí" masivo en el referéndum sobre su independencia mientras el gobierno central de Irak prepara su respuesta en medio de fuertes tensiones en la región.
Esta consulta, una decisión unilateral tomada por el presidente del Kurdistán, Masud Barzani, se celebró el lunes no solamente en esta región autónoma del norte de Irak --que incluye las provincias de Erbil, Solimania y Duhok --, sino también en zonas que se disputan los kurdos y el gobierno central.
Tras la consulta y los festejos que el lunes llevó aparejados, con fuegos artificiales y bailes, la rutina volvió este martes a Erbil, capital del Kurdistán.
"Somos el pueblo kurdo, no somos árabes, no somos persas (...) Somos kurdos y lo seguiremos siendo siempre" exclamó ante la AFP un habitante, Ahmad.
El resultado del referéndum no ofrece dudas, ya que la mayoría de los kurdos son favorables a la independencia . Pero el sueño de esta independencia, alimentado desde hace un siglo, no se hará realidad al menos en un futuro próximo.
En efecto, Masud Barzani afirmó que esta votación no estaría seguida de inmediato por una declaración de independencia sino que marcaría el inicio de "conversaciones serias" con Bagdad, para resolver el contencioso.
Pero estas conversaciones corren el riesgo de ser tensas. Y es grande el riesgo de escalada ante el rechazo del poder central a ver que Irak queda amputado de su región norte.
En efecto, el presidente iraquí Haider al Abadi denunció una "decisión unilateral que afecta a la unidad de Irak".
El diputado chiita Ali al Alaq indicó a la AFP que Abadi estaría el miércoles en el Parlamento "para debatir las decisiones que tomará en esta crisis con el Kurdistán".
El lunes, el Parlamento de Bagdad votó una resolución "exigiendo al comandante en jefe del ejército (el propio Abadi) que despliegue fuerzas en todas las zonas" en conflicto, algo que no se ha realizado aún.
Además de Kirkuk, las zonas involucradas son sectores de las provincias de Nínive, Dyala y Saladino. La mayoría fueron conquistadas por los combatientes kurdos en 2014, en pleno caos reinante entonces en el país en medio de la gran ofensiva de los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).
"El gobierno iraquí se tomará su tiempo antes de adoptar decisiones, teniendo en cuenta la opinión de los jefes militares, ya que la prioridad actual para Irak es la lucha contra Daésh (acrónimo árabe del grupo Estado Islámico)" opina Isam al Fayli, profesor de ciencias políticas de la universidad de Bagdad.
En el extranjero, el referéndum es ampliamente criticado, especialmente por Turquía, Siria e Irán, tres países vecinos con importantes minorías kurdas.
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan advirtió este martes contra un riesgo de "guerra étnica y confesional" si el Kurdistán iraquí lleva a cabo su proyecto de independencia.
En Siria, el ministro sirio de Exteriores Walid Muallem denunció un referéndum "totalmente inaceptable" aunque se declaró dispuesto a hablar de "autonomía" con los kurdos de su país.
Estados Unidos se dijo "profundamente decepcionado" por la decisión de Erbil de mantener el referéndum pues "aumenta la inestabilidad" de la región. Y el secretario general de la ONU Antonio Guterres reiteró su "preocupación" por el riesgo de desestabilización.
Más de 3.3 millones de personas acudieron el lunes a las urnas, un 72.16% de los inscritos, según la comisión electoral. En la región de Solimania, feudo de la Unión patriótica del Kurdistán (UPK), partido rival de Masud Barzani, esa participación fue de solamente 50%.
lsm