El Ku Klux Klan (KKK) es el nombre adoptado por varios grupos de extrema derecha que promueven la supremacía blanca, el racismo, la xenofobia, el antisemitismo y la homofobia en Estados Unidos. Esta organización, conformada por 130 grupos, cuenta con aproximadamente ocho mil miembros y tiene presencia en 22 entidades del sureste de este país, como Texas, Mississippi, Alabama, Tennessee y Florida.

La primera encarnación del KKK fue fundada en Tennessee en 1865 por un grupo de veteranos confederados, encabezados por el general Nathan Bedford Forrest, quien adoptó el título de Gran Mago.

Su objetivo era tener el control político y social de la comunidad afroestadounidense liberada de la esclavitud tras la Guerra Civil. Cientos fueron intimidados por hombres con la cara cubierta y túnicas blancas, quienes incluso cometieron asesinatos hasta que el KKK fue disuelto en 1871 a través del Acta de derechos civiles.

En 1915 el Ku Klux Klan resurgió para tener su época más influyente, esto aprovechándose del miedo de la inmigración masiva hacia Estados Unidos. Los católicos, judíos y migrantes se añadieron a sus objetivos, adoptaron como símbolo la cruz en llamas y su influencia penetró en los partidos republicano y demócrata.

El colapso de la segunda encarnación se debió a los escándalos de sus miembros, como el de David Ste-phenson, político republicano condenado por violar y asesinar a Madge Oberholtzer, así como por el escándalo James A. Colescott, quien fue acusado de simpatizar con organizaciones pronazis en Estados Unidos.

Tras la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial, diversos grupos comenzaron a operar bajo el nombre del Ku Klux Klan. La organización pasó de ser una sola a estar conformada por cientos de grupos en territorio estadounidense.

En las décadas posteriores, el KKK operó bajo las sombras y el anonimato, esto debido al rechazo de gran parte de la sociedad en Estados Unidos; sin embargo, el Ku Klux Klan ha aparecido públicamente de nuevo en una sociedad estadounidense que cada vez está más dividida.

David Duke, histórico líder del Ku Klux Klan y ex legislador del Partido Republicano por el estado de Louisiana en la Cámara de Representantes de EU, apoyó en el pasado de manera pública la candidatura presidencial del magnate de bienes raíces Donald Trump.

Adicionalmente, este personaje alabó en Twitter al presidente Trump por sus declaraciones tras los hechos ocurridos en Charlottesville, en las que el mandatario culpó a ambos bandos de la violencia.

“Gracias, presidente Trump, por su honestidad y coraje para decir la verdad acerca de #Charlottesville y por condenar a los terroristas de izquierda como Antifa y Black Lives Matter”, comentó en la red social.

Estas demostraciones de odio ocurridas en Charlottesville, Virginia, son una muestra de la evolución que ha tenido la ultraderecha estadounidense en los últimos años, donde ha habido un incremento en la creación de nuevos grupos ultranacionalistas de supremacía blanca, los cuales se sienten apoyados e identificados con la retórica que ha manejado Trump en el pasado.

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