Washington.— La Casa Blanca oficializó ayer lo que era un secreto a voces: la nominación de Ken Salazar, exsenador y exsecretario del Interior en la administración de Barack Obama , como embajador de Estados Unidos en México. S alazar, abogado de 66 años, se había perfilado en las últimas semanas como el candidato favorito para el cargo, que deberá ser ratificado por el Senado de Estados Unidos.
Hacía tiempo que se esperaba la confirmación de Salazar, desde hace días único en la quiniela para ser el representante diplomático en México. A principios de abril, el portal Axios ya apuntaba su nombre como el candidato más serio para el puesto.
Para Michael Shifter , presidente del Diálogo Interamericano —un think tank de Washington especializado en temas latinoamericanos—, Salazar es una “buena elección”. “Aunque no tiene experiencia diplomática”, dijo a EL UNIVERSAL , “es un político de bastante peso e influencia en el Partido Demócrata y, por sus años en el Senado y la administración Obama como secretario de Interior, tiene confianza con el presidente Joe Biden , que es fundamental dada la importancia de la relación entre México y EU”, resolvió.
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La confianza de Biden en Salazar se prevé clave para el futuro de la relación bilateral: la magnífica comunicación entre ambos hará que el contacto sea fluido y, por tanto, se pueda privilegiar todo lo relacionado con los asuntos entre ambos países. En ese sentido, el presidente de EU ha privilegiado su relación personal y ascendencia y contactos políticos de su nominado a su experiencia en el servicio exterior , a diferencia de otros puestos diplomáticos ya anunciados.
La alianza entre presidente y nominado a embajador se asentó cuando ambos compartieron pasillos del Senado durante cuatro años, justo antes de que Biden se convirtiera en el vicepresidente de Barack Obama y Salazar dejara su curul en la Cámara Alta, donde representó a su natal Colorado siendo uno de los primeros senadores hispanos de la historia del país, para fungir como secretario del Interior . “Biden y Salazar son viejos amigos del Senado, es alguien que tendrá mucho acceso directo al presidente”, comentó a este diario Andrew Selee , presidente del Migration Policy Institute y gran experto en México y la relación bilateral.
La amistad y confianza entablada entre ambos se refrendó durante la campaña hacia las presidenciales de 2020, cuando Biden nombró a Salazar como copresidente de un comité de liderazgo latino para conquistar el voto hispano, grupo que capitaneó junto a Hilda Solís , exsecretaria del Trabajo con Obama.
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“Joe Biden entiende la comunidad latina como una piedra angular de nuestra democracia y prosperidad futura de Estados Unidos”, dijo por entonces Salazar del actual presidente de EU. “Estoy orgulloso de estar junto a él para acabar con el asalto de la administración Trump contra más de 60 millones de latinos en toda la nación, y marcar el comienzo de una nación más justa y próspera para todos los estadounidenses”, añadía por entonces.
Si bien Salazar carece de carrera diplomática , su elección fue mayoritariamente celebrada. Shifter destacó de Salazar el que es un político de amplia experiencia y trayectoria, con “buenas condiciones para manejar la relación bilateral en una amplia gama de temas”, incluyendo migración, comercio, seguridad y cambio climático.
En caso de ser confirmado por el Senado, sustituirá en el cargo a Christopher Landau , único representante elegido por Donald Trump ante el gobierno mexicano, puesto que ocupó durante poco más de un año y del que se despidió en enero de 2021, después de la confirmación de la derrota de Trump. Además, sería el cuarto embajador hispano en México de la historia, el primero desde que Tony Garza estuviera el frente de la delegación dipomática estadounidense en la Ciudad de México en 2002, durante el gobierno del republicano George W. Bush.
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Para Sergio Gonzales, director ejecutivo del Immigration Hub, la nominación de Salazar es “histórica y otra señal clara de que la administración Biden está tomando pasos serios y meditados para construir sobre la relación de nuestra nación con México como socio regional”.
Amante de los sombreros de ala ancha —es habitual y representativa su imagen con la cabeza cubierta al estilo cow- boy—, Salazar, natural de Colorado de ascendencia española, defensor de una reforma migratoria integral y con un trabajo intenso en temas ambientales y de reforma energética, la Casa Blanca destacó, además de su carrera y currículum, que Salazar tiene el español como su idioma nativo. “Se le consideran amable, un hombre quien escucha, pero también alguien quien ha sido secretario de gabinete y procurador estatal y sabe tomar decisiones”, añadió Selee.