Los ataques de la administración Trump contra los jóvenes indocumentados llegaron ayer al insulto de la mano del jefe de gabinete, John Kelly. En medio de la negociación por encontrar una solución para los 690 mil dreamers —casi 80% mexicanos—, el general aseguró que aquellos jóvenes que no se inscribieron en el programa DACA de protección a la deportación no lo hicieron por ser “demasiado vagos para levantar el trasero” e inscribirse.
Kelly, ex secretario de Seguridad Nacional y una de las piezas del ala dura contra la migración, dijo a periodistas que la propuesta “generosa” del presidente Donald Trump de dar un camino a la naturalización a 1.8 millones de jóvenes —y no sólo a los beneficiarios del DACA— incluiría a aquellos que “tuvieron miedo de inscribirse” y los que no lo hicieron por “vagancia”.
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, se negó a condenar el comentario o reconocer que pudiera ser ofensivo. “Es algo que tendrán que decidir ustedes”, se limitó a decir.
Kelly, en su charla con los periodistas, no hizo más que seguir el manual del gobierno de tratar de erigirse como defensores de los dreamers. Aseguró que si antes los “campeones del DACA” eran los demócratas, ahora el que lidera su bienestar es Trump.
Sin embargo, el último en bloquear una solución fue el presidente, cuando el lunes consideró que era una “pérdida de tiempo” una propuesta bipartidista por no ser suficientemente “dura” en seguridad fronteriza.
Trump insiste en que sin fondos multimillonarios para el muro y una revisión profunda del sistema de migración legal no habrá acuerdo posible y, asegura, la culpa será de sus rivales políticos. “Si los demócratas se oponen a este acuerdo, será que no son serios sobre el DACA y sólo quieren fronteras abiertas”, tuiteó.
El futuro de los dreamers continúa en el aire. Kelly dudó “muchísimo” que el presidente vaya a extender la vida del programa DACA, que decidió eliminar a partir del próximo 5 de marzo, aunque un tribunal federal ordenó que el programa siga vigente.
En el mismo tema, Trump dijo ayer que estaría dispuesto a dejar el gobierno federal sin fondos en caso de que el Congreso no cumpla con sus exigencias de reforzar la seguridad fronteriza para evitar bandas criminales como la Mara Salvatrucha. “Si no cambiamos la legislación para deshacernos de estos vacíos legales por los que los asesinos y los pandilleros entran en el país, si no la cambiamos, entonces, tengamos un cierre, haremos un cierre y merecerá la pena para nuestro país”, dijo. La Cámara Baja aprobó nuevos fondos a corto plazo, pero está pendiente la votación del Senado. El jueves vence el plazo.
Por otra parte, el magnate ordenó la creación de un Centro Nacional de Escrutinio que “coordinaría esfuerzos de departamentos y agencias” para identificar mejor a aquellos inmigrantes o visitantes que pudieran presentar una “amenaza” para la seguridad de EU, explicó en un comunicado la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders. Con información de EFE