La candidata derechista Keiko Fujimori insistió este sábado en que hubo "fraude" en la elección presidencial del domingo en Perú , a pesar de que la , mientras el izquierdista Pedro Castillo , que está al frente del escrutinio, pidió "serenidad" a sus partidarios.

"Hay fraude en la mesa, manipulación en mesa", así como "hechos muy graves en esta última etapa" del conteo de voto, afirmó sin aportar pruebas contundentes Fujimori durante una reunión con la prensa extranjera, mientras sus opciones de ganar el balotaje parecen cada vez más reducidas.

"Voy a reconocer los resultados, pero hay que esperar el final", prometió la candidata, insistiendo en que hubo irregularidades que habrían favorecido a su rival, .

Los analistas creen que, ante lo que parece ser una inminente victoria de Castillo, Fujimori intenta sembrar dudas sobre la legitimidad del proceso electoral para no aparecer como derrotada y no ver disminuido su liderazgo político.

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"Busca aferrarse al discurso del fraude porque si no se derrumba todo lo que ha hecho. Es la manera de librarse del fracaso, de la caída", dijo a la AFP el analista Hugo Otero, exasesor del difunto expresidente Alan García.

Por la tarde, partidarios de Fujimori y Castillo se manifestaron frente a la sede del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) en Lima, y decenas de policías, provistos de escudos plásticos, formaron un cordón para evitar que ambos grupos se enfrentaran, observó un periodista de la AFP.

Luego los partidarios de Fujimori se congregaron en la plaza Grau, próxima al Palacio de Justicia, en un mitin al que asistió la candidata.

Manifestaciones similares de ambos bandos había en otras ciudades del interior del país, según medios locales.

Castillo pidió este sábado "paciencia" y "tranquilidad" a sus partidarios, convencido de que está cerca de ser proclamado ganador. "Hoy es el momento que el Perú necesita serenidad y necesita frialdad, no caer en la provocación, ya que estamos en un momento crítico", dijo el maestro de 51 años.

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"Aquí no hay [todavía] ganadores ni perdedores", expresó Fujimori, quien aseguró que la "izquierda internacional está interviniendo" en los comicios en Perú, en alusión a los saludos a Castillo por su "victoria" de líderes latinoamericanos, entre ellos el mandatario argentino, Alberto Fernández, y el expresidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva.

Ante los saludos del exterior, el gobierno peruano "se ha visto en la obligación" de entregar notas de protesta a los embajadores de esos países, dijo la cancillería.

"Si somos ganadores, espero que ellos [los de Castillo] se acerquen", agregó la hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori (1990-2000). "Vamos a tender puentes una vez que acabe el resultado", añadió la candidata de 46 años, que enfrenta su tercer balataje.

La Misión de Observación Electoral de la Organización de los Estados Americanos (OEA) dijo el viernes que el balotaje en Perú fue un "proceso electoral positivo" y que no detectó "graves irregularidades".

El informe de los enviados de la OEA, encabezados por el excanciller paraguayo Rubén Ramírez, respaldó la labor de los órganos electorales peruanos cuestionados por Fujimori.

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Castillo tiene una ventaja de unos 51.000 votos, con el 99,89% de las mesas escrutadas, pero el JNE, órgano que revisa el proceso y proclama al vencedor, todavía debe resolver los pedidos de impugnar miles de sufragios, sobre todo por parte de Fujimori.

El plazo para impugnar venció el miércoles y Fujimori alcanzó a presentar solo una parte de las papeletas que pretendía que fueran anuladas, según medios locales.

Fujimori, que ha prometido indultar a su padre, quien cumple una condena de 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad, se aferró a sus esperanzas de remontar y aclaró que su progenitor no integraría su eventual gobierno.

"Mi padre no será funcionario si ganamos", dijo.

Keiko también fustigó al presidente saliente, el centrista Francisco Sagasti, quien el jueves llamó a varias personas ligadas a ambos bandos para tratar de calmar los ánimos, entre ellas al premio Nobel peruano Mario Vargas Llosa.

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"Se ha demostrado que el presidente Sagasti ha estado haciendo interferencia", expresó la candidata.

El laureado escritor de 85 años ha apoyado a Fujimori activamente desde España, donde reside, a pesar de que en el pasado fue un furibundo antifujimorista.

Los cambios de modelo económico que promueve Castillo, que despertaron temores entre el empresariado e inversionistas, no tienen "nada que ver con la propuesta de Venezuela", aseguró el viernes en entrevista con la AFP su principal asesor, Pedro Francke.

El jueves, un fiscal anticorrupción pidió prisión preventiva para Fujimori por supuestamente infringir las reglas de su libertad condicional por el caso de la constructora brasileña Odebrecht, por el que estuvo presa 16 meses. La solicitud será resuelta por un tribunal el 21 de junio.

jabf/lsm

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