Milwaukee, Wisconsin.— “¿Queremos vivir en un país de libertad, compasión y estado de derecho o en un país de caos, miedo y odio?”, preguntó ayer en un mitin en Wisconsin, estado clave para derrotar a Donald Trump, quien la considera un rival “más fácil” que Joe Biden, tras renunciar a la candidatura por la reelección.

“El camino hacia la Casa Blanca pasa por Wisconsin”, uno de los cinco o seis estados que decidirán la suerte de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, dijo la vicepresidenta en Milwaukee.

Trump, quien resultó herido el 13 de julio en un intento de asesinato, lideraba la carrera en Wisconsin frente al presidente Biden, pero aún es demasiado pronto para saber si mantendrá su ventaja respecto con Harris en las encuestas.

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La exsenadora por California estaba exultante. La suerte le sonríe desde que Biden renunció a la campaña por la reelección y pidió apoyo para ella porque “es la mejor”.

Es “una campaña impulsada por el pueblo”, mientras que Trump “depende del apoyo de millonarios y grandes corporaciones” a los que hace promesas “a cambio de contribuciones”, acusó Harris.

La primera mujer vicepresidenta en la historia de Estados Unidos dijo que luchará por una clase media “fuerte” y por el derecho al aborto.

“Como fiscal, me enfrenté a criminales de todo tipo: depredadores que abusaban de mujeres, estafadores que engañaban a consumidores, tramposos que violaban las reglas para beneficio propio. Así que escúchenme bien: conozco a los tipos de la calaña de Trump”, afirmó Harris, cuyas palabras fueron recibidas con ovaciones por 3 mil asistentes reunidos en un instituto del estado clave de Wisconsin. “¡Enciérrenlo! ¡Enciérrenlo!”, coreaba la multitud.

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Exmandatario dice que es una rival más fácil

Trump, coronado hace unos días como el candidato de los republicanos en una convención convertida en oda al líder, está convencido de que la vicepresidenta es una rival “más fácil” que Biden porque “ella es mucho más radical”, declaró en una llamada con periodistas.

Dijo estar “absolutamente” preparado para debatir con ella en más de una ocasión.

“Oh, sí, absolutamente. Quiero hacerlo. Creo que es importante”, declaró a los periodistas. Añadió que “en realidad estaría dispuesto a participar en más de un debate”.

Pero Trump sabe que el anciano ahora es él. Tiene 78 años frente a los 59 de Harris, quien además espera beneficiarse de su experiencia como exfiscal general de California para derrotar al abanderado republicano, condenado por 34 delitos por falsificación de registros contables en un caso de pagos ocultos a una exactriz pornográfica y con varios juicios pendientes. Ambos se miden también en el frente exterior. Esta semana cada uno se reunirá con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en Washington.

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Harris, de ascendencia afroestadounidense e india, es consciente de que sólo tiene 105 días para convencer a los estadounidenses de que es la persona idónea para liderar la primera potencia mundial.

Los últimos resultados de la agencia Associated Press muestran que Harris cuenta con el apoyo más que suficiente entre los delegados de su partido para ganar la nominación en la primera vuelta.

Ayer AP confirmó por la tarde que más de 3 mil delegados planeaban apoyarla. El número de delegados necesarios para ganar la nominación es de mil 976.

Aunque no es vinculante, la muestra de apoyo convierte a Harris en la favorita abrumadora.

Apoyo de pesos pesados

Su candidatura despierta entusiasmo entre las bases tras semanas de desánimo y obtuvo un apoyo masivo entre los pesos pesados del partido. Los líderes demócratas en el Senado y la Cámara de Representantes, Chuck Schumer y Hakeem Jeffries, respectivamente, la apoyaron ayer, al engrosar una larga lista formada por varios gobernadores, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, la influyente Nancy Pelosi y hasta la filántropa Melinda French Gates, exesposa del cofundador de Microsoft Bill Gates y el actor George Clooney.

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El poderoso sindicato metalúrgico USW se sumó a la ola, destacando en un comunicado que Harris siempre ha defendido los intereses de los trabajadores. El único demócrata de peso que queda por pronunciarse públicamente es el expresidente Barack Obama. Harris también cuenta con Biden, a quien no ha parado de elogiar desde el domingo.

El presidente regresó ayer a la Casa Blanca tras permanecer casi una semana aislado en su casa de Delaware por Covid-19. El miércoles por la noche dará un discurso a la nación para explicar los motivos que le llevaron a renunciar a un posible segundo mandato.

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