Washington.— La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, aterrizó anoche en México con una agenda llena, con dos temas que resaltan: la migración y la pandemia, en una visita que debe servir para afianzar la comunicación entre ambos países en la miríada de temas de la relación bilateral, pero de la que no se espera que salgan grandes compromisos ni promesas de gran calibre.
La oficina de Harris se encargó de rebajar las expectativas sobre el viaje. “El objetivo de la vicepresidenta es profundizar en la alianza estratégica y la relación bilateral”, resumió Symone Sanders, una de las principales asesoras de la número dos del gobierno estadounidense.
México será la segunda parada del primer viaje internacional de Harris en el cargo, después de visitar Guatemala la víspera, y sólo dos días después de la jornada electoral mexicana.
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La decisión de que estos dos países sean su primer destino es un mensaje suficientemente importante dentro de la compleja encomienda que tiene la vicepresidenta para gestionar todo el tema migratorio, recuperando la estrategia de atacar a la raíz de las migraciones con diálogo con los países en donde se origina.
Soluciones en ese aspecto a corto plazo no son esperables y, por tanto, la visita a México sólo deberá servir para poner al día los planes y estrategias; analizar puntos en común y tareas de coordinación para seguir trabajando en ese aspecto.
“Creo que la vicepresidenta ha sido lista en tratar de mantener las expectativas realistas y subrayar que es un desafío a largo plazo”, recordó Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, en un encuentro con periodistas.
El plan, según los asesores de Harris, es sobradamente conocido: atacar los factores de la migración desde la raíz, incluyendo fenómenos de desastres naturales, inseguridad alimentaria y cambio climático, pobreza, violencia y corrupción. Una amalgama de temáticas que la administración del presidente Biden quiere atajar en cooperación con los gobiernos regionales. México, en ese sentido, es clave.
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Migración no será el único tema a tratar. En su reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador y otros altos cargos del gobierno mexicano también se dialogará de la pandemia y los esfuerzos de vacunación, según los asesores de Harris.
El diálogo de alto nivel entre ambos países ha sido constante. La propia Harris ha estado en contacto con López Obrador recientemente, desde una reunión virtual hasta una llamada para confirmar el envío de un millón de vacunas monodosis contra el Covid-19, que representa la segunda remesa de vacunas de Estados Unidos a México.
Además, ha habido encuentros en otros grados entre secretarios de Relaciones Exteriores (la más reciente, en una cumbre celebrada en Costa Rica, que sirvió como punto de contacto preparatorio para la visita de la vicepresidenta estadounidense).
La relación bilateral ha sufrido un vuelco con la llegada de Biden a la Casa Blanca. Atrás quedó la inesperada sintonía entre López Obrador y Donald Trump, en una amistad presidencial heterodoxa que, de parte de este último, tenía un plan simple, el mismo que aplicaba para cualquier otro aspecto de su vida: un intercambio transaccional al que México decidió jugar, también en tema migratorio.
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Son muchos los expertos que criticaron que el gobierno trumpista omitía graves problemas en México (especialmente en derechos humanos y corrupción) a cambio de la cooperación en materias que les eran beneficiosas, como migración o comercio.
Una imposición transaccional que parece haber terminado con Biden, más propenso a un trato más clásico entre vecinos históricos, que ya ha tenido sus roces con críticas por injerencia y las primeras quejas relacionadas con la aplicación del nuevo tratado comercial; dos asuntos que muy probablemente podrían aparecer en las pláticas entre Harris y López Obrador.
Por otra parte, varias organizaciones de defensa de derechos humanos exigieron hace unos días a la delegación estadounidense que, en las reuniones con gobierno y con líderes sociales, no se olvide de hablar de las “serias preocupaciones sobre seguridad, el Estado de derecho, la independencia judicial, las violaciones a los derechos humanos y el rol del Ejército” en México.