Miami.— En un mundo donde las redes sociales dictan tendencias y forjan percepciones, , nominada presidencial demócrata en sustitución del presidente estadounidense Joe Biden, no podía quedar ajena.

La tendencia más poderosa generada en las redes, particularmente en X, sobre la vicepresidenta la dio la cantante británica Charli XCX, quien publicó con muchísimo éxito un álbum musical titulado Brat que habla del casi revolucionario.

Charli XCX escribió en X que Kamala “es brat”. En la idiosincrasia inglesa y estadounidense brat se refiere a un niño o niña malcriada y mimada, pero, en este caso, al referirlo a Harris, el equipo de campaña de la vicepresidenta lo acogió como un impulso y aceptación de los jóvenes votantes para allegarse a ellos y tener un punto agresivo, pero efectivo, de identidad con sus búsquedas y necesidades.

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La bratificación de Harris emerge como un fenómeno cultural y político muy significativo entre la Generación Z respecto a la candidata demócrata. Este movimiento ha transformado la imagen de la vicepresidenta a través de memes y contenido viral, promoviéndola como una mujer “agresiva, descarada y completamente inesperada”, tal y como describe el término brat la propia Charlie XCX. El movimiento recién nacido ha ganado considerable impulso y atención, y va por más, porque apenas comienza.

El origen de la tendencia

La chispa inicial se encendió cuando Harris utilizó una frase coloquial de su madre durante un discurso: “¿Piensas que simplemente caíste de un cocotero?”. La cita se viralizó rápidamente. Los seguidores de Charli XCX, aprovechando la energía del álbum Brat, comenzaron a crear memes y videos que combinaban las canciones del álbum con clips de Harris. Esta fusión inesperada resonó profundamente con los jóvenes, especialmente en plataformas como TikTok y X.

La frase que habla de una palmera y un coco ha hecho que estas dos imágenes sean ya un referente de “Kamala es brat”. “Para algunos expresar ese tipo de frase popular en un discurso que ya la posiciona como candidata presidencial (....) fue demasiado coloquial, como fuera de lugar, impropio y de ahí lo brat de Kamala Harris, en la visión de los jóvenes”, explica la socióloga Cecilia Castañeda desde Los Ángeles, California, a EL UNIVERSAL.

Luego de que Biden diera un paso al lado de la carrera presidencial y su respaldo a Harris, se intensificó este fenómeno. La campaña de Harris adoptó la estética y el estilo del álbum Brat en sus perfiles de redes, lo que no sólo duplicó sus seguidores en X, sino que también fomentó una ola de contenido viral que consolidó su imagen como una figura política moderna y asequible. La bratificación ha dominado las redes, al generar una considerable cantidad de interacciones. Un posteo de Charli XCX en apoyo a Harris fue reposteado más de 40 mil veces.

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Resignificación del término brat

Tradicionalmente, brat se utiliza para describir a un niño malcriado o desobediente. Sin embargo, en el contexto de la bratificación de Harris, la Generación Z ha resignificado el término para representar una actitud positiva de autenticidad y diversión sin disculpas. Este cambio de significado refleja cómo el lenguaje y los términos pueden revolucionarse y adquirir nuevos matices según el contexto cultural y generacional.

Definir a Kamala como “agresiva, descarada y completamente inesperada” dentro del concepto aceptado por Charli XCX y sus seguidores podría no caerle muy bien a los demócratas, “pero estamos hablando de los votantes más jóvenes, la nueva generación y ellos lo entienden de otra manera, lo interpretan a lo brat. Efectivamente quieren una Kamala agresiva ante un Trump irrespetuoso, especialmente contra las mujeres, quieren una Kamala descarada ante un Trump agresivo y sin filtro para expresarse, muchas veces lleno de mentiras, y una Kamala completamente inesperada, así como la frase de su mamá del coco y la palmera y con una actitud donde nada ni nadie la detenga”, explica Castañeda.

La bratificación de Harris no es sólo una moda pasajera; tiene profundas implicaciones culturales y políticas. Este fenómeno ha resonado particularmente bien entre los jóvenes, similar a la energía vista durante la campaña de Hillary Clinton en 2016.

La campaña de Harris también ha capitalizado esta tendencia, adoptando la estética y el estilo del álbum Brat en sus perfiles de redes. un recuadro verde limón con la palabra brat en el centro. Esto ha permitido que Harris se conecte de manera efectiva con una generación que valora la autenticidad y el sentido del humor en los políticos.

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Conexiones con el feminismo y la identidad de género

La bratificación de Harris no se queda nada más ahí, en la generación Z y en las redes. Paralelamente ha comenzado a descubrir varias conexiones interesantes, por ejemplo, con el feminismo y la identidad de género. Esta adopción de una perspectiva brat puede ser vista como una forma de empoderamiento femenino. “Al desafiar las normas tradicionales de comportamiento y apariencia, las mujeres pueden reclamar su autonomía y expresar su individualidad de manera realmente audaz y sin disculpas”, expresa la especialista.

Por otro lado, la bratificación puede desafiar los estereotipos de género al promover una imagen que no se ajusta a las expectativas convencionales. Esto incluye la adopción de estilos y comportamientos que son considerados rebeldes o no femeninos, ampliando la comprensión de lo que significa ser mujer. La tendencia puede fomentar una mayor inclusividad y diversidad dentro del movimiento feminista. Al celebrar diferentes formas de expresión y estilos de vida, se puede crear un espacio más acogedor para personas de diversas identidades de género y orientaciones sexuales.

La bratificación puede aumentar, además, la visibilidad de mujeres y personas no binarias en la cultura popular. Al ocupar espacios prominentes en la música, la moda y las redes sociales, estas identidades pueden ganar una mayor representación y reconocimiento bajo este concepto que siempre ha existido, pero que con Harris toma un novedoso auge. Y como si fuera de la mano del movimiento #metoo, nacido en 2016 en contra de la violencia de género tradicionalmente ejercida por el poder de los hombres, adopta una postura desafiante y a menudo irreverente, la bratificación puede ser una forma de crítica y defensa al patriarcado y a las estructuras de poder tradicionales, resonando con los principios feministas de cuestionar y desmantelar las jerarquías opresivas.

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Interseccionalidad y representación

La tendencia también puede ser vista a través de una lente interseccional al reconocer cómo diferentes aspectos de la identidad, el género, pero también la raza, la clase, lo económico y varios factores más que interactúan y afectan la experiencia de las personas.

“Para comprender mejor esta parte, imaginemos a una joven latina que adopta la estética brat. Esta joven no sólo está desafiando las normas tradicionales de género al adoptar una apariencia y actitud más rebelde y audaz, sino que también está navegando por las expectativas culturales, raciales, económicas, sexuales y demás consideraciones que se imponen sobre ella”, dice la socióloga.

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