Texas.— Nieto de una mexicana y defensor de la migración, Julián Castro, el único latino en la contienda para la presidencia de Estados Unidos, abandonó ayer su intento de conseguir la candidatura demócrata tras no lograr despegar en las encuestas.
“He determinado que simplemente no es nuestro momento”, dijo Castro al anunciar su retiro “con gran pesar y profunda gratitud”, en un video de tres minutos publicado en su cuenta de Twitter, que comenzó y finalizó en español diciendo: “¡Ganaremos un día!
“Estoy sumamente orgulloso de la campaña que libramos juntos (...) Afectamos la conversación en una gran cantidad de temas en esta contienda, defendimos a los más vulnerables, le dimos voz a los olvidados”, declaró Castro, exsecretario de Vivienda durante el gobierno de Barack Obama y exalcalde de San Antonio.
Castro es nieto de una mexicana que llegó huérfana a Estados Unidos cuando era una niña. Prometió seguir “luchando por un Estados Unidos donde todos cuenten, una nación donde todos puedan obtener un buen trabajo, buena atención médica y un lugar decente para vivir”. El exalcalde de San Antonio nunca logró grandes porcentajes en las encuestas —le daban usualmente 1% de respaldo— ni grandes donaciones. Además, no pudo participar en los debates más recientes.
Castro, de 45 años, era uno de los precandidatos más jóvenes en momentos en que el sector más liberal de los demócratas clama por un cambio generacional. Como nieto de inmigrantes mexicanos, marcó un agudo contraste con las retórica incendiaria y política antiinmigrante de Trump.
Aun así, se esforzó para que no lo consideraran un precandidato atado a un solo tema. Su primera parada de campaña fue en Puerto Rico y en sus eventos mencionaba por nombre las víctimas de personas de color abatidas por la policía. Entre los aspirantes demócratas, fue el primero en pronunciarse a favor de someter a Trump a un juicio político.
No obstante, era opacado por otro precandidato texano, Beto O’Rourke, exrepresentante ante el Congreso, quien abandonó la contienda hace pocas semanas, y por Pete Buttigieg, exalcalde de South Bend, Indiana. Castro buscó momentos sensacionalistas en los debates y en junio recibió un mayor apoyo al increpar a O’Rourke por no estar a favor de despenalizar los cruces fronterizos ilegales.
El presidente Donald Trump cuenta con un “cofre de guerra” para financiar su campaña de reelección, aseguró ayer su equipo, al anunciar una recaudación superior a la de sus rivales demócratas de cara a los comicios de noviembre. Catorce candidatos compiten por las necesarias donaciones económicas que permiten mantener en marcha la maquinaria proselitista y la inversión publicitaria. Sin embargo, la recaudación del mandatario es bastante superior a la de sus oponentes. El equipo aseveró que dispone actualmente de 102.7 millones de dólares en efectivo. “Es un monstruo imparable”, afirmó el gerente de campaña, Brad Parscale.