Apenas un testigo ha declarado en el juicio contra en Nueva York , pero ha sido más que suficiente para reafirmar lo que es un secreto a voces: la colusión de instituciones con el narco, el “dejar pasar”, la filtración de información y una guerra que, parece, no sólo dividió a los cárteles, sino a las instituciones mexicanas.

La defensa de quien fuera el poderoso secretario mexicano de Seguridad Pública afirma que no sólo , alias “El Grande”, sino el resto de testigos que desfilarán en los próximos días y semanas en la corte del Distrito Este de Brooklyn, Nueva York, son delincuentes que en gran parte fueron detenidos por García Luna y su gente y que sus declaraciones tienen dos objetivos: reducir condenas y “enterrar” a quien los puso tras las rejas.

Es cierto que una de las debilidades señaladas en este juicio es que la acusación de la fiscalía, que asegura que García Luna “conspiró” con el cártel de Sinaloa , fue parte de su nómina, recibió sobornos millonarios y les ayudó a traficar “toneladas” de cocaína a Estados Unidos, se basa en testimonios de narcotraficantes que decidieron cooperar con la Justicia estadounidense a cambio de mejorar su situación en prisión.

Sin embargo, la corrupción conocida en las instituciones mexicanas es tal que los testimonios bastan para generar dudas. Que parte del ejército apoyara al clan de los Beltrán Leyva y otra parte al cártel de Sinaloa encabezado por Joaquín Guzmán Loera, alias “ El Chapo ”, es por lo menos creíble, como también lo es que la AFI apoyara al bando de .

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Elementos del ejército estaban involucrados con el narco

Que los cárteles recibían información del ejército o la policía sobre operativos, sobre cargas de cárteles rivales es un secreto a voces.

Pero hay otro elemento en este juicio que pone nerviosas no solo a las autoridades mexicanas, sino también a las de Estados Unidos . Cuando la defensa de García Luna presentó sus argumentos, poniendo en duda la veracidad de los testimonios de los “capos colaboradores”, también mostró fotos de su cliente con la crema y nata de la política y la seguridad estadounidenses. Del presidente al fiscal Eric Holder.

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Si el jurado declara culpable a García Luna de los cargos que se le imputan, cuatro de ellos relacionados con el tráfico de drogas, la pregunta siguiente es: ¿Cómo pudo actuar García Luna con tal descaro y convertirse en cómplice del narco al que se supone debía perseguir sin que la Agencia Antidrogas se enterara? ¿Cómo pudo operar durante tantos años como un doble agente mientras en Estados Unidos elogiaban su estrategia y sus “golpes” al tráfico de drogas?

Según las declaraciones de Villarreal, incluso uno que se considera como los grandes golpes al narcotráfico : las 23 toneladas de cocaína confiscadas cerca de Manzanillo, en 2007, fue una “ fake news ”. El cártel cambio la cocaína real por falsa. ¿Será?

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vare/mcc