Río de Janeiro.— El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, apareció ayer en la primera rueda de prensa desde que venció en las elecciones, el domingo pasado, y causó polémica con sus declaraciones y su trato a los medios.

Temprano, el juez Sergio Moro, quien preside una de las mayores investigaciones de corrupción de la historia y quien determinó el encarcelamiento del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, confirmó que será ministro de Justicia en el nuevo gobierno.

Moro se reunió con Bolsonaro en Río de Janeiro y aunque tras el encuentro no habló con los reporteros, emitió un comunicado diciendo q ue aceptó el puesto con el objetivo de “implementar una fuerte agenda contra la corrupción y el crimen organizado”.

Además de esta decisión, Bolsonaro confirmó vía Twitter que cumplirá su promesa de campaña de trasladar la embajada de su país de Tel Aviv a Jerusalén, siguiendo el camino que inició Estados Unidos.

Luego, en conferencia de prensa, señaló: “Respetamos al pueblo de Israel y al pueblo árabe. No queremos crear problemas con nadie. Queremos comerciar con todo el mundo, buscar vías pacíficas de resolver problemas”. Y añadió: “No veo un clima pesado en mudar las embajadas de Israel, no veo ningún problema”.

Mientras el gobierno israelí expresó su beneplácito con una decisión que el primer ministro Benjamin Netanyahu calificó de “histórica”, medios brasileños advirtieron que el traslado podría provocar represalias comerciales de países árabes, mercados importantes para las carnes brasileñas.

La expectativa de la prensa ante la conferencia era máxima. Sin embargo, la cita dejó satisfecha a sólo una parte de los periodistas debido a que los colaboradores del ultraderechista tan sólo permitieron la entrada de las redes brasileñas de televisión y bloquearon el paso a los otros medios de comunicación y a toda la prensa internacional.

Sólo 21 medios que Bolsonaro aprobó para acceder a su casa, habilitada para la rueda de prensa, lo que desató el descontento de la prensa internacional, que denunció discriminación. Los colaboradores de Bolsonaro alegaron “falta de espacio”.

Ya en el evento, Bolsonaro anunció que el de Defensa será uno de los “superministerios” de su gobierno, que asumirá el 1 de enero, y que las Fuerzas Armadas serán parte de la política nacional.

También dio a entender que podría reconsiderar su proyecto de fusionar los ministerios de Agricultura y Medio Ambiente, que le valió críticas de varios sectores.

“Tuvimos esa idea..., pero parece que será modificada. Todo indica que serán dos ministerios diferentes”, dijo el mandatario electo.

Por la tarde, el diario brasileño O Globo informó, citando como fuente al general Augusto Heleno, futuro ministro de Defensa, sobre el descubrimiento de indicios de un plan, que calificó como “terrorista”, para atentar contra Bolsonaro. En los últimos días circularon en las redes sociales versiones al respecto.

Sólo O Globo manejó esta información y no se reveló quién podría estar detrás del plan.

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