Las elecciones europeas para renovar la Eurocámara han certificado un aumento en escaños en toda la Unión Europea de partidos ultraconservadores y de extrema derecha, que se colocan como primera fuerza en Francia, Italia, Países Bajos o Austria y que registran enormes avances en Alemania. Los jóvenes estarían, en gran medida, detrás del auge de la ultraderecha. ¿Por qué?
La ultraderecha en Europa logró "cambiar de cara". No sólo moderó su discurso, para evitar asustar a sus simpatizantes por su racismo y antisemitismo, sino que se acercó al electorado joven, con candidatos jóvenes y hablándoles a través de las plataformas que prefieren, como TikTok.
En Francia, por ejemplo, el partido de ultraderecha Agrupación Nacional, arrasó en el país, manejando como cabeza de lista a Jordan Bardella, un joven de 28 años que se manejó a lo largo de la campaña como una estrella de rock, que habló de tú a tú al ala juvenil del partido.
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En España, Alvise Pérez, de 34 años, creó el partido Se Acabó la Fiesta. Convertido en influencer, logró atraer a miles de jóvenes y su papel fue tal que el partido consiguió tres escaños en el Parlamento Europeo.
Los eurodiputados del grupo de ultraderecha Identidad y Democracia (ID) utilizaron TikTok como una de sus fuentes principales de propaganda, y publicaron allí 35% más de contenido que los demás. ID se colocó como la quinta fuerza política, con 58 escaños.
En países como Bélgica, Francia, Portugal, Alemania y Finlandia, los votantes más jóvenes respaldan a partidos antiinmigración y antisistema en cantidades iguales e incluso superiores a los votantes de mayor edad, según un análisis que hizo Político con base en elecciones recientes y sondeos sobre preferencias políticas de los jóvenes.
Conscientes de que entre los jóvenes la preocupación principal es la economía, los partidos ultraderechistas hicieron campaña enfocada en vivienda asequible, en mejores sueldos, y lo ligaron con la necesidad de restringir la migración para "mejorar la calidad de vida" y reducir la "competencia".
Los Hermanos de Italia, el partido de la primera ministra Giorgia Meloni, también arrasaron en las elecciones, gracias a la estrategia de Meloni que ha sido el pragmatismo: moderar el discurso antiinmigrante, acercarse a las instituciones europeas y expresar apoyo en los momentos necesarios, como el la guerra entre Rusia y Ucrania.
Según cifras del Financial Times, alrededor de un tercio de los jóvenes en Francia y Países Bajos, menores de 25 años, pero en edad de votar, y 22% de los jóvenes votantes en Alemania se inclinan por la extrema derecha, frustrados por la falta de atención de los gobiernos a sus preocupaciones centrales: mejores empleos, mejor calidad de vida, posibilidad de independizarse...
Según estudios, los partidos de extrema derecha han jalado a sus filas votos jóvenes que antes pertenecían a los Verdes, uno de los grupos más golpeados en las elecciones. Si la defensa de las políticas ambientales impulsó a los Verdes en el pasado, el costo de ese tipo de políticas, la forma como ha afectado a los granjeros y la falta de atención de los gobiernos para ayudar al sector son algunas de las razones de este giro, que los ultraderechistas.
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Otro factor que influye es la desconfianza de los jóvenes hacia partidos tradicionales. En Portugal, por ejemplo, los jóvenes se inclinaron por el ultraderechista Chega, un partido joven, en vez de los ya establecidos.