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Tres mexicanos son voluntarios en ensayos clínicos de la vacuna de Pfizer contra el coronavirus. Los connacionales, después de recibir las dosis, recomiendan participar en las pruebas.
Víctor Hernández, mexicano de 30 años que vive en Columbus, Ohio, donde participó como voluntario en ensayos clínicos para encontrar una vacuna efectiva contra el Covid-19, es parte, como otros mexicanos en el mundo, de los ensayos clínicos en fase 3 de la vacuna BNT162, desarrollada por el laboratorio Pfizer en colaboración con la farmacéutica alemana BioNTech.
“Me pidieron que estuviera bien de salud, ser mayor de 18 años y menor de 60. Piden también no haber viajado fuera del país en los últimos 14 días y no tener síntomas de Covid.
“El mismo día empecé a sentir dolor en el brazo y cansancio, dolor en el cuerpo, como cuerpo cortado y dolor de cabeza.
“El proceso la primera vez duró aproximadamente cuatro horas (...) Llegué, me sacaron sangre para hacer análisis, me hicieron un cuestionario, me hicieron firmar los documentos en los que explicaban todo el estudio y todos los pormenores de la investigación y de esta tercera fase de estudio”, narró.
Antes de ser voluntario, Hernández tuvo dudas, por lo que investigó cómo funcionaban los ensayos clínicos: “Confío en los ensayos plenamente. Antes de ir como voluntario, estuve informándome sobre estos estudios clínicos, dónde los realizaban, quién los realizaba, en qué fase iban, qué resultados habían en las fases 1 y 2 y esa fue la manera en la que me decidí a participar en la fase 3 de investigaciones de Pfizer y BioNTech.
“No hay ninguna remuneración más que la satisfacción de ser voluntario, de participar y ayudar a que esta vacuna pueda ser potencialmente aprobada.
“Sí recomendaría ser voluntario para las pruebas a todas aquellas personas que obviamente pudieran”, comentó.
Luis Enrique Castellanos también se presentó como voluntario para los ensayos de Pfizer. El mexicano, que vive en Denver, Colorado, desde 2007, ha recibido dos dosis.
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“El 10 de septiembre recibí la primera dosis y ayer [23 de septiembre], la segunda. En la primera dosis el único efecto que tuve fue dolor en el hombro por dos días, no muy severo, y un poco el cuerpo cortado. En la segunda dosis, por la noche tuve el cuerpo cortado y un poco de dolencias en las coyunturas, pero lo normal de cualquier vacuna.
“Desde el comienzo ellos son claros contigo y te especifican que el ensayo dura dos años, en los cuales se realizan seis visitas. En la primera te ponen la vacuna; luego te ponen la segunda vacuna y después, en la tercera visita, realizan un estudio de sangre para ver si la vacuna funcionó bien en ti, para checar si ya produjiste los anticuerpos necesarios.
“Después son tres citas cada medio año para más pruebas de sangre. Me trataron muy bien en la clínica, me advirtieron sobre riesgos, beneficios, me ayudaron a tomar la decisión correcta.
“Me ayudaron a aclarar todas mis dudas, se portaron muy profesionales”, dijo.
El connacional, al ver el auge en la convocatoria de voluntarios en comerciales y periódicos, decidió inscribirse en tres farmacéuticas que lo contactaron, de las cuales prefirió Pfizer.
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“Había visto en varios periódicos que se necesitaban voluntarios y específicamente latinos, pues en Estados Unidos hay un problema: no se está consiguiendo la suficiente cantidad de voluntarios latinos, entonces quise poner mi granito de arena.
“Una de las razones por las cuales me animé fue porque siento que la juventud le está quedando a deber a las personas adultas en esta pandemia.
“Veo que la mayoría de los jóvenes no se cuidan, no lo toman en serio, no les importa cuidar a los demás. La remuneración es que obtengas inmunidad contra este coronavirus”, declaró.
Carlos Caballero, de 32 años, participó en las pruebas para el mismo laboratorio en Buenos Aires. A diferencia, de Luis y Víctor, él presentó dolencias más severas: “En los efectos que tuve después sentí lo mismo. Mucha náusea el mismo día de la prueba y fiebre aproximadamente entre 37.5 y 38.
“Nos explicaron cuáles eran los efectos. Sentí mucho dolor de cabeza al día siguiente y malestar corporal. Estuve con mucho agotamiento, mucho dolor en el brazo donde fue la zona de la inyección, muchísimo. La sensación para dormir era un dolor tremendo en el brazo”, expresó.
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A pesar del padecimiento, Carlos recomendó, al igual que los otros voluntarios, participar en los ensayos: “Por supuesto que recomiendo ser voluntario, pues está la posibilidad grande de quedar vacunado, es 50% placebo, 50% vacuna.
“El que podamos ser empáticos y seguirnos cuidando y darle una solución rápida a esto creo que es algo muy importante”.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos anunció en un comunicado a finales de julio el acuerdo entre el gobierno de Estados Unidos y el laboratorio que permitirá su distribución masiva. Una vez la vacuna sea aprobada, se entregarán 100 millones de dosis de manera gratuita.