Miles de estudiantes en huelga salieron ayer a las calles de Barcelona, como parte de la “movilización permanente” de los separatistas catalanes, a tres días del referéndum de independencia prohibido por la justicia española.

Envueltos muchos de ellos en la bandera independentista y a gritos de “¡votaremos!” e “¡independencia!”, unos 10 mil jóvenes marchaban por la Gran Vía de las Cortes Cata lanas, una de las principales arterias de la ciudad, con el objetivo de defender la celebración de la consulta.

“La mayoría de la gente joven es independentista, y si no lo es, se ha vuelto independentista después de ver lo que ha hecho España en estas últimas semanas”, aseveró Aina González, estudiante de 16 años.

La consulta tiene dividida a la sociedad catalana entre secesionistas y partidarios de seguir en España, y se ha convertido en una de las mayores crisis políticas que ha vivido el país en las últimas décadas. “Este reférendum no soluciona, es más un problema, porque confronta a esos dos colectivos de Cataluña”, declaró Alex Ramos, vicepresidente de la asociación Sociedad Civil Catalana (SCC), opuesta a la secesión.

En este marco, ayer se realizó en Barcelona una junta de seguridad en la que participaron el presidente del gobierno catalán, el independentista Carles Puigdemont, su ministro del Interior, Joaquim Forn y secretario de Seguridad del Estado, José Antonio Nieto.

El funcionario representante del gobierno español insistió en que “si se cumple lo que establece la juez, que es que no se puedan abrir esos colegios [electorales], no tiene por qué haber una respuesta violenta”.

Nieto agregó que la administración catalana mantiene una posición de “desobediencia”.

Forn, por su parte, aseguró que el referéndum se realizará pacíficamente. “El compromiso del gobierno [catalán] es muy claro: la gente podrá votar”, aseguró.

En lo que coincidieron las partes fue en la necesidad de preservar la “convivencia” desde las autoridades y los cuerpos policiales.

El gobierno central español apostará 10 mil agentes de policía en Cataluña para la jornada, lo que ha despertado temores de un aumento de tensión durante la jornada del domingo. Forn insistió en que la policial catalana deberá acatar las órdenes de las autoridades locales.

Horas antes, el responsable catalán de Asuntos Exteriores, Raúl Romeva, pidió apoyo a la Unión Europea para el referéndum y acusó al gobierno español de lanzar una “represión brutal” para impedir la votación.

Agregó que Cataluña declarará la independencia de la región en las 48 horas siguientes después del referéndum si gana el “sí”, mientras que “si gana el ‘no’, tendremos que respetarlo”.

En este marco, el jugador del Barcelona Gerard Piqué se pronunció a favor de que los catalanes se expresen pacíficamente hasta 1 de octubre, día del referéndum.

“Desde hoy y hasta el domingo, expresémonos pacíficamente. No les demos ninguna excusa. Es lo que quieren. Y cantamos bien alto y bien fuerte”, escribió ayer en su cuenta de Twitter.

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