Más Información
Videojuegos, el nuevo gancho del crimen para captar menores; los atraen con promesas de dinero y poder
Sheinbaum responde a Trump sobre declarar a cárteles como organizaciones terroristas; rechaza injerencia extranjera
Trump declarará a cárteles como organizaciones terroristas; "fui muy duro con México, hablé con la nueva presidenta"
Operativo Enjambre: Detienen a 15 personas por obstruir captura del presidente municipal prófugo de Santo Tomás de los Plátanos
Óscar Rentería Schazarino, ha operado contra CJNG, Viagras y Templarios; es el nuevo secretario de Seguridad en Sinaloa
Más de 200 niños huérfanos por el crimen organizado en Sonora, disfrutan su posada; "queremos que su Navidad sea más feliz"
Washington
La comunidad de Parkland, Florida, sigue curando sus heridas un año después del tiroteo en el instituto Marjory Stoneman Douglas que acabó con la vida de 17 personas e hirió una veintena. Hoy, día de San Valentín, Parkland canalizará el amor de la celebración romántica hacia el recuerdo de sus muertos y el momento que los convirtió en uno de los centros neurálgicos de la lucha contra la violencia de las armas en Estados Unidos.
No se esperan grandes actos para conmemorar la fecha: algunas vigilias, momentos de silencio. El instituto, por ejemplo, canceló clases y apostó por impulsar tareas de ayuda y retorno a la comunidad.
Las protestas lideradas por adolescentes, fenómeno surgido de Park-land, revolucionó el movimiento por el control de armas, y un año después el balance es más que positivo. Según los datos del Giffords Law Center para la prevención de la violencia de las armas, en 2018 se aprobaron 67 nuevas leyes de seguridad de armas en 26 estados del país.
“El pasado año ha sido increíble para el movimiento moderno de prevención de la violencia de las armas, y hemos hecho una mella en la opinión pública de la que creo que debemos estar orgullosos”, explicó Jac-lyn Corin, estudiante de último curso en el Marjory Stoneman Douglas y activista, a la radio pública NPR.
El movimiento juvenil, con menos presencia mediática pero la misma repercusión activista, sigue incombustible. “Este año no será diferente. Pedirme que pare la lucha es como pedirme que sea el papá de Jaime. Y eso nunca ocurrirá. Hay demasiadas vidas en juego”, escribió recientemente Fred Guttenberg —quien perdió a su hija hace un año— en la revista Newsweek.
La concienciación de la problemática de la violencia por armas de fuego inoculó en todo el país, donde aparecieron centenares de programas y propuestas. En el proyecto “Since Parkland” (Desde Park-land), por ejemplo, 200 reporteros adolescentes escribieron más de un millar de obituarios para los mil 200 menores de 18 años que en 2018 murieron por armas de fuego en Estados Unidos.
Los ánimos entre los jóvenes siguen altos. “Quiero asegurar que nuestra generación es la última que tiene que vivir con el azote constante de la violencia de las armas”, dijo David Hogg, uno de los principales portavoces de la generación Parkland, a CNN. Hogg, graduado del instituto el año pasado y que se ha tomado un año sabático para luchar por la causa, insiste en la necesidad de someter el tema a debate político. “Quiero asegurar que nadie más, sin importar el código postal, tenga que vivir con el miedo de la violencia de las armas”, resumió.
Para Kristin Goss, profesora de la Universidad de Duke especializada en control y política de armas en EU, el mayor éxito de los estudiantes fue precisamente este aspecto. “Si las leyes de armas se convierten en un tema electoral para la gente joven, podría diseñar las políticas de armas por los próximos años”, explicó en contacto con EL UNIVERSAL.
La experta apuntó que el movimiento antiarmas está en crecimiento desde 2012, tras el tiroteo en una guardería en Newton (Connecticut), y la mejor respuesta es que los movimientos surgidos de cada masacre se unen y se apoyan.