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Una de las primeras causas judiciales que se iniciaron en el país por el delito de “propagación de enfermedad peligrosa y contagiosa” fue contra Eric Torales, el joven de 24 años que un día después de llegar de los Estados Unidos no cumplió el aislamiento y fue al cumpleaños de su prima, donde se contagiaron 15 personas y una de ellas, su abuelo, murió.
Cuando se cumple, mañana, un año de la detección del primer contagio de Covid-19 a la Argentina , la causa está cerca de llegar al juicio oral. Sin embargo, el fiscal todavía está tomando declaraciones testimoniales a invitados de la fiesta y a dos amigos de Torales que viajaron con él a Estados Unidos.
En mayo pasado, el joven fue procesado por ser “responsable del delito de propagación de enfermedad peligrosa y contagiosa culposa agravada por el resultado enfermedad y muerte”, que tiene una pena prevista de hasta cinco años de prisión. Así lo resolvió el juez federal de Morón, Néstor Barral. En la resolución, el magistrado también le había trabado un embargo hasta cubrir la suma de 50 millones de pesos (unos 11 millones 432 mil pesos mexicanos).
Seis meses y una semana después, los jueces Juan Pablo Salas, Marcelo Fernández y Marcos Morán confirmaron el procesamiento y el embargo, fijado para cumplir con eventuales demandas civiles que puedan presentar asistentes al evento.
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El abogado que representa a Torales, Guillermo Tiscornia, afirmó a La Nación: “No hay una reconstrucción genética de quién propagó el virus en esa fiesta”. Y completó: “Torales viajó a Estados Unidos con dos amigos el 25 de febrero, antes de la cuarentena, alquilaron un mismo auto, compartieron habitación, recorrieron juntos las playas. Estuvieron 18 días juntos compartiendo las 24 horas y, paradojalmente, ninguno de los dos amigos se contagió. Incluso, uno de ellos trabaja en una clínica privada y se tuvo que hisopar y dio negativo”.
Tiscornia, además, contó que el fiscal de Morón, Santiago Marquevich, a cargo de la instrucción de la causa, también citó a declarar a un tercer amigo de Torales que lo fue a visitar a su regreso y estuvo en el departamento de 40 metros cuadrados. “Tampoco el tercer amigo se contagió. Lo que está haciendo el fiscal es cumplir con nuestro pedido, como defensa, que es completar la ronda de testimoniales. Por eso no tenemos aún la elevación a juicio oral”, detalló el abogado.
“No está comprobado que él haya propagado el virus”
“Eric presentó un escrito. Nuestra defensa es clara. No está comprobado que él haya sido el agente importador del virus desde Estados Unidos. Porque llama la atención que los dos amigos con los que compartió el viaje no se contagiaran”, remarcó el abogado defensor.
Luego reconoció: “Nosotros hemos admitido que él cometió un delito, el menor, que es la desobediencia y violar la cuarentena, porque debió haberse quedado en su casa”.
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Pero luego trató de justificar: “El sábado 14 era la fiesta de 15 de la prima. Es un evento muy tradicional en nuestras costumbres y, evidentemente tiene un significado muy especial. El error que comete Torales es el haber ido a la fiesta. Pero fue sin ningún síntoma. Los síntomas recién los tuvo dos días después”.
Para la Justicia, el joven violó la disposición que regía en ese momento de “aislamiento obligatorio” dispuesta por el Poder Ejecutivo a través del decreto 260/2020 que imponía un confinamiento de 15 días a todos los viajeros llegados desde el exterior para “evitar la introducción y/o propagación de la pandemia Covid-19 ”.
Sin embargo, para la defensa no está probado: “Cómo se entiende que no se hayan contagiado los dos amigos, los vecinos con los que compartió ascensor y sí lo hicieran personas en un ambiente de 400 metros cuadrados que es un salón de fiesta. Se le endosa a mi cliente haber propagado la pandemia cuando no está probado que haya sido el agente importador”.
“Es más, al juez le pedimos que librara un oficio a Migraciones para conocer los movimientos migratorios de las 150 personas que se dieron cita en esa fiesta de Moreno, pero no lo hicieron. El juzgado la denegó”, contó Tiscornia y pidió: “Acá lo que debería ocurrir es una elevación a juicio por violación del artículo 231 por no haberse quedado en su casa. De ahí a imputarle una propagación negligente del virus es muy peligroso. Primero, porque no tenemos una trazabilidad genética. No hay una reconstrucción genética de quién propagó el virus en esa fiesta. En eso estamos”.
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Y agregó: “No hay ningún querellante en la causa. No tiene ningún reclamo patrimonial. Ninguna denuncia civil por daños y perjuicios. Nadie le reclama nada. Nadie se presentó como víctima. Es muy sugestivo que nadie diga que Eric lo perjudicó o por culpa de él se contagió. Porque no pueden probar de ninguna manera que él haya sido el agente importador del virus. De las 150 personas. Ninguna le hizo un planteo patrimonial. Por eso, logramos levantar el embargo de los 50.000.000 de pesos”.
Ante la consulta sobre cómo se encuentra hoy el joven, el abogado afirmó: “Él está muy bien emocionalmente. La decisión de que no hable es por su parte emocional. Está bien porque no está en contacto con la prensa. Él confía que se va a descubrir la verdad”.
jabf/lsm