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Washington.— La época de cambios en la Casa Blanca continuó ayer con el anuncio de la salida, a finales de año, de John Kelly, jefe de gabinete del presidente Donald Trump. El anuncio, hecho por el propio mandatario, no dejó claro si es una dimisión o un despido, pero acaba con una relación de un año y medio que se había desgastado hasta el punto en que no se hablaban, según varios reportes.
“Es un hombre fantástico”, dijo Trump, recordando que Kelly ha estado en su administración desde el inicio. “Aprecio mucho su servicio”, añadió. El general de cuatro estrellas empezó como secretario de Seguridad Nacional y desde julio de 2017 fungía como jefe de gabinete.
Kelly aterrizó en el Ala Oeste con un único objetivo: poner disciplina en una Casa Blanca infestada de filtraciones, sin control y totalmente perdida en cuanto a jerarquía. Su mando militar y la imposición de orden debían ser sus marcas, pero sus normativas nunca terminaron de caer bien, especialmente a un presidente que prefería más libertad.
Kelly llegó a la Casa Blanca sin experiencia política, pero con ideas que calmaron el caos que había en una administración sin estructura clara. Para la revista Time, era la “última esperanza” del presidente para controlar un gobierno descarriado.
Kelly restringió el acceso al Despacho Oval, ordenó ciertas normativas y procesos que pacificaron el régimen interno.
Sin embargo, nunca pudo domar al presidente, quien siguió con su espíritu libre, disfuncional, bombástico e incontrolable. Su relación se enfrió con el tiempo y varios reportes aseguran que en más de una ocasión calificó de “idiota” al presidente por sus opiniones o ideas.
La salida de Kelly es la última de la sacudida de gabinete que Trump, que se ha estado llevando a cabo desde hace unas semanas. La purga empezó más seriamente hace un mes, cuando despidió a su fiscal general, Jeff Sessions.
Los nuevos nombres han empezado a aparecer: el viernes se anunció a William Barr, ex fiscal general en la administración de George H. W. Bush, como sustituto de Sessions, y a la inexperimentada Heather Nauert, ex periodista de la cadena Fox, como nueva embajadora ante Naciones Unidas (ONU), cargo que quedará vacante a partir de enero.
Es probable que los cambios se sigan produciendo en los próximos días, en un intento de Trump no sólo de amoldar la administración a su figura, sino también organizar el equipo que lo tiene que llevar a la reelección en 2020 y superar dos años en los que los demócratas van a controlar la Cámara de Representantes.
El sustituto de Kelly se sabrá en uno o dos días, según Trump.