Como se esperaba, el presidente estadounidense Joe Biden anunció ayer su decisión de buscar la reelección en 2024, con Kamala Harris como compañera de fórmula. El anuncio activó uno de los mayores temores de los estadounidenses: ver una reedición de Biden contra Donald Trump.
Biden alegó que “cada generación tiene un momento en el que ha tenido que defender la democracia. Defender sus libertades fundamentales. Creo que este es el nuestro. Por eso me presento a la reelección”.
También mencionó que busca “hacer algo más que hacer retroceder la marea del extremismo MAGA (Make America Great Again). Quiero hacer que nuestra economía funcione para familias como la suya: la gente trabajadora que es la columna vertebral de este país”.
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De acuerdo con una encuesta de NBC News, 70% de estadounidenses cree que Biden no debería buscar la reelección, contra apenas 26% que opina que sí.
La razón principal de este rechazo y el mayor talón de Aquiles de Biden es su edad. A sus 80 años, tiene ya el récord Guiness como el político más viejo en asumir la presidencia y, de lograr un segundo mandato, terminaría a los 86 años de edad.
Sus constantes deslices, sus problemas para coordinar ideas, atribuidos en parte a su edad, son mencionados como señales de que Biden debería retirarse y no arriesgarse a lo que será una campaña feroz, según se prevé.
Sus partes médicos indican que el mandatario se encuentra bien de salud y apto para manejar las riendas del país más poderoso del mundo.
Un segundo factor en contra es su hijo, Hunter Biden. Sus escándalos y relaciones polémicas ya le causaron más de un dolor de cabeza al presidente demócrata en la campaña de 2020. Aunque logró apagar el fuego, los republicanos están afilando ya armas en caso de que los demócratas se decanten por Biden para 2024.
El temor a los efectos de la inflación se ha ido desvaneciendo y por ahora no representa un problema para el mandatario, aunque en dos años todo puede pasar. La evolución de la guerra en Ucrania y las tensiones con China son otros elementos a considerar. A su favor juegan, en cambio, temas como el aborto, en momentos en que distintos estados del país restringen cada vez más este derecho, que Biden defiende.
El costal del magnate
¿Y Trump? El republicano carga su propio costal de problemas, y no son menores. Por ahora, le ha funcionado mostrarse como la víctima de una “cacería de brujas” debido al caso que inició la fiscalía de Nueva York en su contra y que lo convirtió en el primer exmandatario en la historia de Estados Unidos en enfrentar una causa criminal que aún podría llevarlo a prisión.
Después de haber ido debajo de otra de las estrellas del Partido Republicano, Ron DeSantis, gobernador de Florida, las encuestas vuelven a mostrarlo arriba, en gran medida como efecto de lo que los estadounidenses consideran “excesos” en su contra.
Pero es sólo una de las diversas causas que enfrenta en la justicia y que, en caso de ser elegido candidato, lo pondrían en una posición difícil, al tener que encarar, al mismo tiempo, una pesada campaña y sus líos judiciales.
También ha hecho mella en los estadounidenses su reacción a las elecciones de 2020, de las que sigue diciendo que hubo fraude, sin presentar una sola prueba. Una de las causas que enfrenta es por su papel, por un lado, en diseminar falsedades en el caso particular de las elecciones en Georgia. Otra, por atizar a la multitud que el 6 de enero de 2021 asaltó el Capitolio. En la encuesta de NBC News, 60% cree que Trump tampoco debería presentarse a los comicios de 2024.
En un escenario en que el enfrentamiento Biden-Trump fuera inevitable, las encuestas se dividen. Mientras que la de YouGov indica que 48% votaría por el demócrata y 42% por Trump, la de NBC muestra resultados prácticamente al revés: 47% votaría por Trump, contra 41% que lo haría por Biden.
Sobre las razones por las que no se quiere una reedición de Biden contra Trump, Faiz Shakir, quien dirigió la campaña en las primarias demócratas de 2020 del senador Bernie Sanders, lo explicó así a NBC News: “Culturalmente, la sociedad está acostumbrada a nuevas formas de entretenimiento. Una repetición, comprensiblemente para esta generación de estadounidenses, no es tan emocionante”.
Según el consultor Pete Giangreco, en un cara a cara Biden-Trump, al primero le ayudaría el extremismo del segundo. El republicano ya no es más un outsider y los estadounidenses conocen los alcances del magnate. En ese sentido, a los republicanos les beneficiaría un rostro fresco.
Todo, si la economía, que como siempre es clave, no decide otra cosa. A pesar de que la situación ha mejorado, los estadounidenses, advierte Giangreco, no creen que haya “buenas noticias”. En ese sentido, el voto de castigo sería para Biden.
El expresidente Barack Obama, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton y el senador Bernie Sanders expresaron su apoyo a Biden, y Sanders adelantó que no contenderá. Los republicanos advirtieron del “caos” de un nuevo gobierno demócrata. Con información de agencias