Jerusalén.— Más de 90 personas resultaron heridas en nuevos enfrentamientos ayer por la noche entre policías israelíes y manifestantes palestinos en diversos barrios de Jerusalén Este, un día después de los choques más graves de los últimos años en la Ciudad Santa, que hacen temer una espiral de violencia.
“Ha habido 90 heridos durante enfrentamientos violentos” en Jerusalén, informó la Media Luna Roja palestina, revisando al alza un saldo anterior de 50 heridos. Un fotógrafo de la AFP vio a una mujer con la cara ensangrentada. Las fuerzas de seguridad israelíes utilizaron granadas aturdidoras, balas de goma y un cañón de agua para dispersar a los palestinos, algunos de los cuales lanzaron proyectiles contra la policía, que asegura que un agente resultó herido.
El viernes por la noche, los enfrentamientos en la Explanada de las Mezquitas, el tercer lugar más sagrado del islam (llamado Monte del Templo por los judíos) entre policías israelíes y palestinos dejaron más de 200 heridos. El sábado por la noche decenas de miles de palestinos rezaron con relativa calma en la Explanada después del iftar, la comida que rompe el ayuno durante el Ramadán. El director de la mezquita de Al Aqsa, situada en la Explanada, llamó a los fieles a “la calma”, constató un periodista de la AFP.
En el barrio de Sheij Jarrah, escenario de protestas diarias desde hace varios días contra el posible desalojo de familias palestinas para instalar a colonos israelíes, los palestinos volvieron a echarse a la calle y arrojaron piedras a las fuerzas de seguridad israelíes, que afirman haber detenido a dos personas por usar “gas pimienta” contra sus agentes. Antes, la policía había informado que restringió el acceso a la Ciudad Vieja de Jerusalén Este para impedir a los palestinos “participar en disturbios violentos”.
Israel bombardeó esta madrugada en Gaza un objetivo del movimiento islamista Hamás, que controla de facto el enclave, en respuesta al disparo de un cohete, en medio de la tensión en Jerusalén Este ocupado.