El Canal de la Mancha vivió esta semana una de sus mayores tensiones navales en décadas.
Por más de dos días, buques de guerra de Reino Unido y Francia fueron desplegados en las aguas de la isla de Jersey, una pequeña dependencia británica a 22 kilómetros de Normandía.
La isla, cuya posesión en otros siglos fue motivo de invasiones, guerras y disputas, se volvió ahora el principal foco de las tensiones post-Brexit entre Londres y la Unión Europea (UE).
La nueva crisis comenzó a inicios de la semana pasada, cuando una flota de más de 60 embarcaciones pesqueras francesas navegaron hacia a un puerto de la capital de la isla, Saint Helier.
Los pescadores iniciaban así una protesta por nuevos requerimientos y limitaciones para su oficio que entraron en vigor este mes, como parte de la salida británica del bloque europeo.
Según un acuerdo con la UE, los operadores de barcos franceses deben mostrar un historial de pesca en el área para recibir una licencia para las aguas de Jersey, pero los pescadores aseguran que se agregaron requisitos adicionales sin previo aviso que ahora afectan su labor.
El gobierno francés cuestionó la medida británica y salió en defensa de sus nacionales.
Poco después del inicio de la protesta, amenazó con que cortaría la electricidad a la isla, que proviene del territorio francés, lo que llevó a uno de los mayores enfrentamientos diplomáticos en los últimos tiempos entre Londres y París.
Y el asunto llegó al punto de que dos barcos de la Royal Navy fueron enviados a la zona, a lo que Francia respondió también con el despliegue de otros dos buques de patrullaje.
Finalmente, en la noche del jueves, tras varias negociaciones, los barcos pesqueros franceses abandonaron el puerto de Jersey, con lo que Londres dio por concluido el enfrentamiento.
Al menos "por ahora".
"Nos complace que los barcos de pesca franceses hayan abandonado las inmediaciones de Jersey. Dado que la situación está resuelta por ahora, las embarcaciones de patrulla marítima de la Royal Navy se prepararán para regresar a puerto en Reino Unido", anunció el gobierno británico.
Sin embargo, expertos consultados por la BBC aseguran que la situación está lejos de resolverse, dado que sus causas (las relaciones económicas y políticas entre miembros de la UE y Reino Unido en la era post-Brexit) siguen siendo un motivo de tensiones entre las partes.
Y Jersey, atrapado entre Francia y Reino Unido, podría seguir siendo un detonante de nuevas confrontaciones.
Pero ¿por qué es tan relevante esta isla para Londres?
Jersey es un lugar geográfica, histórica y políticamente peculiar: es la mayor de las islas del Canal de la Mancha y está tan cerca de Francia que culturalmente se le considera más cercana a este país que a Reino Unido.
Sin embargo, es dependiente políticamente de Londres: su representación internacional, defensa y "buen gobierno" son responsabilidad del Estado británico, aunque no es parte oficial de él.
La mezcla entre las dos culturas es allí una constante.
La mayoría de sus habitantes nativos hablan tanto inglés como una versión peculiar del francés (un subdialecto del normando); se conduce por la izquierda, como en Reino Unido, se cocinan platos típicos de Normandía; se juega el cricket inglés; gran parte de los nombres de los lugares está en francés y se usa la libra esterlina.
La isla, de poco más de 100.000 habitantes, nunca fue nunca parte de la Unión Europea o del Espacio Económico Europeo y se la considera una democracia parlamentaria autónoma, con poder de autodeterminación y sus propios sistemas financiero, legal y judicial.
No obstante, su defensa recae constitucionalmente en Reino Unido, no tiene poder legal para nombrar diplomáticos y la reina Isabel es considerada como monarca.
Según se explica en el libro Balleine's History of Jersey, su extraño estatus político tiene que ver con su historia y se remonta a los albores del primer milenio después de Cristo.
Sobre el año 996, la isla, inicialmente un enclave romano, fue anexionada al Ducado de Normandía, pero su estatus y destino cambió por uno de los hechos que más impacto tuvo en la historia de Europa: la Batalla de Hastings.
En octubre de 1066, el duque William de Normandía invadió Inglaterra y derrotó al rey Harold II con lo que el poder normando se extendió al norte del Canal de la Mancha.
A partir de entonces, Jersey e Inglaterra quedaron unidos bajo la misma monarquía.
Tras la división del ducado de Normandía en 1204, las islas quedaron en posesión inglesa, lo que dio paso a sucesivos episodios en la historia en los que Francia trató infructuosamente de recuperarla.
Durante la Edad Media, de hecho, Inglaterra perdió muchas de sus posesiones feudales en el continente europeo, pero logró conservar sus islas en el Canal de la Mancha.
Reino Unido, sin embargo, perdió su posesión durante unos años: entre el 1 de julio de 1940 y el 9 de mayo de 1945, la isla fue ocupada por los nazis, quienes incluso crearon allí campos de concentración a los que trasladaron a prisioneros soviéticos para realizar trabajo forzado.
De hecho, la isla vivió una intensa carestía tras el desembarco de Normandía, luego de que los aliados tomaran control de la región y cortaron los suministros allí desde Francia.
Y es que la economía y la vida de Jersey han estado vinculadas estratégicamente a Francia, de donde no solo obtiene su electricidad a través de cableados submarinos, sino con quien mantienen su mayor intercambio económico.
Pese a su pequeño tamaño y escasa población, Jersey ha tenido un notable impacto en la vida política, económica y mediática no solo de Europa.
De la pequeña isla surgió una raza de vacas (las jerseys) que se comercializaron por todo el mundo por su leche rica en grasas, una papa (la jersey royal) también conquistó las cocinas del orbe y un tipo de tejido de punto producido por su industria textil se hizo tan famoso que dio incluso nombre a prendas de vestir (en algunos países hispanohablantes todavía se le llama jersey a lo que para otros es suéter).
Su importancia estratégica para Inglaterra quedó incluso patentada en la conquista de Norteamérica: en su honor, los ingleses llamaron a una de sus 13 colonias: Nueva Jersey.
La isla también se ha hecho conocida por otros motivos menos curiosos.
Hace una década, estuvo en los titulares de medios de casi todo el mundo cuando se descubrió el llamado caso de Haut de la Garenne, una serie de abusos y casos de pederastia en un orfanato entre 1960 y 1980.
La economía de la isla y su sistema financiero también ha sido un punto débil en la reputación de la isla por décadas: se le señala de ser uno de los principales paraísos fiscales de Europa.
La ONG Red de Justicia Fiscal, que rastrea paraísos fiscales corporativos por el mundo, consideró a Jersey en su lista de 2019 como uno de los más "agresivos" del mundo.
El gobierno local ha negado por años que la isla sea un paraíso fiscal y asegura que sus negocios se realizan "totalmente en conformidad" con estándares establecidos por "organismos globales independientes".
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