Las autoridades de Arabia Saudita hackearon el teléfono del jefe de Amazon, según el investigador contratado por Jeff Bezos para averiguar sobre la divulgación de imágenes íntimas suyas.
Gavin de Becker vinculó el hackeo a la extensa cobertura de The Washington Post , propiedad de Bezos, sobre el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi en el consulado de Riad en Estambul el año pasado.
"Nuestros investigadores y varios expertos concluyeron con alto grado de confianza que los sauditas tuvieron acceso al teléfono de Bezos, y obtuvieron información privada", escribió De Becker en el sitio web Daily Beast.
Indicó que pese a que el hermano de la amante de Bezos recibió dinero del National Enquirer para divulgar la información, su papel pudo haber sido solo una distracción.
"Es claro que MBS considera a The Washington Post un enemigo mayor", señaló De Becker, en alusión al príncipe heredero Mohamed bin Salman de Arabia Saudita, a quien el Senado estadounidense responsabilizó de la muerte de Khashoggi tras una audiencia a puerta cerrada con la CIA.
Pero De Becker no especificó a qué parte del gobierno saudita responsabilizaba del hackeo del teléfono de Bezos, y dio pocos detalles sobre la investigación que los llevó a arribar a la conclusión de que el reino petrolero era el responsable.
Los resultados, indicó, "fueron entregados a autoridades federales".
Bezos contrató a Gavin de Becker & Associates para descubrir cómo sus mensajes de texto y fotos íntimas llegaron a manos del National Enquirer, que informó de la relación extramatrimonial del titular de Amazon que llevó a su divorcio.
El magnate acusó a American Media Inc. (AMI), editora del Enquire r, y liderada por David Pecker , de "chantaje" por amenazarlo con publicar las fotografías íntimas si no ponía fin a la investigación. El jefe de Amazon se negó, y publicó copias de los correos electrónicos de AMI.
Arabia Saudita ha subrayado que el príncipe heredero no estuvo involucrado en el asesinato de Khashoggi, quien era columnista del Post.
Riad dijo en primera instancia que no sabía lo que había ocurrido con el periodista, pero luego lo atribuyó a agentes díscolos.