BUENOS AIRES.- La mandataria interina de Bolivia, Jeanine Añez , inició el miércoles su transición asegurando que llamará a elecciones en el corto plazo, un día después de proclamarse presidenta para poner fin al vacío de poder que generó la salida de .

En medio de la crisis política disparada por la renuncia de Morales bajo presión de las Fuerzas Armadas, los enfrentamientos entre seguidores y opositores al expresidente seguían. La Fiscalía General del Estado dijo que hay siete fallecidos por los choques.

"Convoco ahora a una transición pacífica y democrática (para) revocar las condiciones que nos habían convertido en un país totalitario", señaló Añez en declaraciones a la prensa desde la casa de Gobierno.

Mientras Añez hablaba, legisladores del Movimiento al Socialismo (MAS) -el partido de Morales- intentaban ingresar al Congreso para pedir su renuncia, pero las fuerzas de seguridad lo impidieron.

La mandataria provisional, que acusó a Morales de "golpista" y de haber realizado un "fraude descarado" en las elecciones de octubre, dijo que tiene la intención de llamar a elecciones "en el tiempo más breve posible".

Como parte del cambio de protocolo, Añez inició su gestión el miércoles en el "Palacio Quemado", como se conoce al histórico edificio presidencial situado en el centro de La Paz, frente a la Plaza Murillo, que había dejado de usar por considerarlo un símbolo del viejo poder.

Al lado, a los funcionarios que trabajaban en la anterior gestión no les permitieron el ingreso al moderno edificio de Gobierno construido por Morales.

Añez es cuestionada por los partidarios de Morales porque la Asamblea Legislativa en la que asumió no reunió el quórum necesario debido a la ausencia de los legisladores leales al expresidente, que el lunes dejó el país para asilarse en México.

Con la asunción de Añez, la oposición a Morales pretende cubrir el vacío de poder que quedó tras su renuncia, la de su vicepresidente y las de los titulares de ambas cámaras del Congreso.

El líder indigenista dejó el domingo el poder denunciando un golpe de Estado en su contra, luego de que las Fuerzas Armadas le "sugirieran" renunciar en medio de amplias protestas de opositores que lo acusaban de cometer fraude en las elecciones del 20 de octubre.

"Tenemos la obligación de pacificar (...) Vamos al diálogo nacional para acabar con la violencia", dijo Morales el miércoles en rueda de prensa. "Si mi pueblo pide, estamos dispuestos a volver" a Bolivia, añadió.

La situación institucional de Bolivia generó divisiones en América Latina entre una centroderecha que considera que Morales cometió fraude y debía dejar el poder y una centroizquierda que señala que hubo un golpe de Estado en su contra.

El miércoles, Estados Unidos y el Reino Unido reconocieron a Añez como presidenta de Bolivia a través de un mensaje de Twitter. El Gobierno de Brasil, liderado por el ultraderechista Jair Bolsonaro, fue el único de América Latina que la felicitó.

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