Hace unos 30 años era el accesorio imprescindible para todo ejecutivo de negocios, pero ahora los bíper o localizadores son un dispositivo de comunicación raramente usado.
De hecho, cada vez más países están dando por finalizado este servicio de comunicación, como en Japón, donde Tokyo Telemessage dejó de ofrecerlo este martes.
Tenía menos de mil 500 suscriptores, casi nada respecto a los 1,2 millones que tenía tan solo en Tokio en 1996, así como otros 10 millones en todo el país, según la agencia de noticias Kyodo.
El último suscriptor era Ken Fujikura, que conservaba su bíper porque era la forma preferida de su madre de contactarlo, según la prensa local.
"Como solo mi madre conoce el número del localizador, sabía que (el mensaje) era de ella", le dijo al sitio Nikkan-Spa. "Con un teléfono, nunca estaba seguro de que fuera urgente", explicó.
El domingo, una compañía funeraria de Tokio instaló una carpa cerca de una estación de tren para que las personas pudieran poner flores y presentar sus respetos al final del pokeberu, como se le llamaba al buscapersonas.
Una foto mostraba el mensaje "1141064", que es el código de localizador japonés para "te amamos".
A pesar de ser el lugar de nacimiento de gigantes tecnológicos como Nintendo, Panasonic y Sony, los viejos hábitos tecnológicos tardan en morir en Japón.
Los faxes y las cintas de casete todavía eran comunes en 2015, mientras que el año pasado, un ministro del gobierno admitió que nunca había usado una computadora.
Los bíper son dispositivos pequeños que en un principio podían recibir simples "pitidos", pero luego fueron habilitados para recibir mensajes de texto tiempo después.
Cada localizador tiene un número único, similar a un número de teléfono, y en sus orígenes, para enviar un mensaje de texto a un receptor el remitente tenía que llamar a la central y dejar un mensaje corto.
Un operador lo transcribía a mensaje de texto, aunque después esto fue automatizado por una máquina.
Desarrollado en las décadas de 1950 y 1960, los localizadores se hicieron populares en la década de 1980.
Además de los trabajadores, eran populares entre estudiantes de secundaria que usaban códigos numéricos para intercambiar mensajes.
Pero poco después llegó el teléfono móvil, lo cual dio fin a la era del bíper.
Los principales clientes de los localizadores en la actualidad son médicos y trabajadores de servicios de salud.
La cobertura de señal de los bíper es mucho más confiable en el interior de hospitales que la red celular tradicional, además de que su radiofrecuencia no interfiere con el equipo médico.
En Reino Unido, el Servicio Nacional de Salud todavía usa 130 mil localizadores, principalmente por la recepción confiable que tienen en los hospitales, pero ya se ha anunciado que se eliminarán gradualmente para 2021.
Su uso también es práctico en instalaciones militares o de energía nuclear en donde hay bloqueos y restricciones de señal celular o gruesos muros que limitan la cobertura.
La durabilidad de sus baterías también es práctica para servicios de emergencias, como los bomberos y paramédicos, que reciben mensajes de alerta a lo largo del día.
Ahora puedes recibir notificaciones de BBC News Mundo. Descarga la nueva versión de nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.