TOKIO.- Japón criticó el anuncio de Rusia de que se unirá a China para prohibir la importación de productos del mar japoneses en respuesta a la liberación de aguas residuales radiactivas tratadas de la destrozada planta de energía nuclear de Fukushima.
Rusia informó que comenzará a implementar restricciones a la importación de productos pesqueros japoneses el lunes, casi dos meses después que la planta de energía nuclear Fukushima Daiichi, devastada por el sismo y tsunami de 2011, comenzó a liberar al océano aguas residuales radiactivas tratadas y diluidas.
Los vertidos de aguas residuales, que se espera que continúen durante décadas, se han enfrentado a la firme oposición de grupos pesqueros y países vecinos, incluido Corea del Sur, donde cientos de personas han protestado. China prohibió inmediatamente todas las importaciones de productos del mar japoneses el día que comenzó la liberación en agosto, perjudicando gravemente a los pescadores y exportadores nipones.
El Ministerio de Relaciones Exteriores japonés detalló que sus altos funcionarios notificaron a la embajada rusa en Tokio que Japón ha estado proporcionando explicaciones transparentes y científicas sobre la seguridad del agua tratada liberada de la planta de Fukushima y los productos del mar japoneses. El Ministerio añadió que las autoridades japonesas respondieron “sincera y cortésmente” a la abrupta solicitud de Rusia de entablar un diálogo la semana pasada sobre el tema presentando documentos.
El Ministerio japonés calificó las restricciones de Moscú como “injustas” y dijo que van en contra del movimiento global hacia el relajamiento o el levantamiento de las restricciones a las importaciones de alimentos de Japón.
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“La decisión del lado ruso es extremadamente lamentable y exigimos firmemente su retirada”, indicó el Ministerio. “Japón sigue buscando acciones basadas en la ciencia”.
La primera descarga de aguas residuales de la planta comenzó el 24 de agosto y finalizó el 11 de septiembre. Durante esa liberación, TEPCO, la empresa que opera la planta, informó que descargó 7 mil 800 toneladas de agua tratada de 10 tanques. En la segunda descarga que comenzó el 5 de octubre, TEPCO planea liberar otras 7 mil 800 toneladas de agua tratada en el Océano Pacífico durante 17 días.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha revisado la inocuidad de la liberación de aguas residuales y ha llegado a la conclusión de que, si se lleva a cabo según lo previsto, tendrá un impacto insignificante en el medio ambiente, la vida marina y la salud humana.
Un equipo de expertos de la OIEA de China, Corea del Sur y Canadá realizará esta semana muestreos de agua de mar y vida marina en la planta y sus alrededores.
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