Roma.— Italia se dirige a elecciones anticipadas después de que su presidente aceptara ayer la renuncia del primer ministro Mario Draghi y decidiera que no había posibilidad de improvisar otro gobierno tras el rápido colapso de la coalición gobernante.
Disolver el Parlamento “es siempre la última opción, sobre todo si, como en este momento, hay tareas importantes que llevar a cabo”, dijo el presidente Sergio Mattarella en un breve discurso en el Palacio Presidencial del Quirinal, donde Draghi había presentado su renuncia horas antes.
La oficina de Mattarella dijo que la elección se llevará a cabo el 25 de septiembre.
Hizo un llamado a los partidos políticos en sus campañas para que tengan en cuenta “los intereses superiores” de la nación. Citando el aumento vertiginoso de los precios de los alimentos y la energía, señaló que los que más sufren son siempre los más débiles de la sociedad.
Draghi se quedó a pedido de Mattarella en un papel de interino, asegurando que el gobierno pueda llevar a cabo medidas básicas en los meses previos a que se establezca una nueva coalición.
La renuncia de Draghi se trata de una conclusión esperada después de que Forza Italia, el partido de derecha de Silvio Berlusconi, la formación ultraderechista la Liga, de Matteo Salvini, y el partido antisistema Movimiento 5 Estrellas (M5E) se negaran a participar en un voto de confianza solicitado el miércoles por el primer ministro en el Senado.
Con los partidos políticos de Italia, que a menudo se pelean, podrían pasar semanas antes de que se establezca un nuevo gobierno. Después de las elecciones parlamentarias de 2018, pasaron 90 días antes de que jurara un nuevo gobierno.
El mandato de cinco años del Parlamento habría expirado en marzo de 2023, por lo que efectivamente las elecciones se celebrarían con apenas seis meses de antelación. Mattarella señaló el mal momento para la nación y el continente; sin embargo, declaró que no tenía opción. Mattarella había rechazado una oferta de renuncia similar de Draghi una semana antes.
La inestabilidad en Italia podría extenderse por Europa , que también enfrenta problemas económicos. Draghi había asumido el estatus de estadista mientras la Unión Europea (UE) luchaba por mantener un frente unido contra Rusia, cuyo gas natural es importado en gran medida por Italia y otros países.
Las encuestas de opinión han indicado que el Partido Democrático de centro-izquierda y el partido derechista Hermanos de Italia, que había permanecido en la oposición, están cabeza a cabeza. Hermanos de Italia ha estado aliado durante mucho tiempo con las fuerzas de Berlusconi y Salvini. Si permanecen unidos en una campaña electoral, eso podría llevar a la derecha al poder. Giorgia Meloni, quien dirige a los Hermanos de Italia, está ansiosa por convertirse en la primera mujer en el cargo de primer ministro del país.
“Estamos listos. Esta nación necesita desesperadamente recuperar su conciencia, su orgullo y su libertad”, escribió ayer en un tuit Meloni. Una perspectiva que preocupa a los europeos, dado que Hermanos de Italia, con 24% de las intenciones de voto, aboga por una revisión de los tratados de la UE y hasta por su sustitución por una “confederación de Estados soberanos”.
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