RAFAH, Franja de Gaza.- Fuerzas israelíes iniciaron este lunes otra redada sobre el hospital más grande de la Franja de Gaza y dijeron que los milicianos de Hamas se habían reagrupado allí y les habían disparado desde dentro del recinto, donde según funcionarios palestinos se cobijaban decenas de miles de personas.
La agencia alimentaria de la ONU, por su parte, advirtió que la “hambruna es inminente” en el norte de Gaza, donde se cree que unas 200 mil personas sufren un hambre catastrófica. El Programa Mundial de Alimentos señaló que una nueva escalada de la guerra, que ya está en su sexto mes, podría poner a casi la mitad de la población gazatí en riesgo de morir de hambre.
El ejército ya asaltó el hospital de Shifa en noviembre tras afirmar que Hamas mantenía un elaborado centro de mando dentro y bajo el complejo. El ejército mostró imágenes de un túnel que llevaba a un búnker, así como armas que dijo haber encontrado dentro del hospital, pero las pruebas no estaban a la altura de sus afirmaciones previas, y los críticos acusaron al ejército de poner en peligro de forma imprudente las vidas de los civiles.
Personas que se refugiaban en el hospital dijeron que soldados israelíes respaldados por tanques y artillería habían rodeado el complejo médico el lunes de madrugada y que los francotiradores disparaban a la gente que estaba dentro. Dijeron que el ejército había asaltado varios edificios y detenido a docenas de personas.
“Estamos atrapados dentro”, dijo Abdel-Hady Sayed, que llevaba unos tres meses refugiado en el recinto médico. “Disparan a todo lo que se mueve (...) los médicos y las ambulancias no pueden moverse”.
El Ministerio de Salud de Gaza dijo que el ejército israelí dirigía el fuego de armas y misiles contra un edificio empleado para cirugía especializada. En la puerta del hospital se produjo un incendio.
El Ministerio dijo que unas 30 mil personas se refugiaban en el lugar, incluidos pacientes, personal médico y personas que huyeron de sus hogares buscando un lugar seguro.
El contralmirante Daniel Hagari, principal vocero militar israelí, dijo que el ejército había emprendido una “operación de alta precisión” en partes del complejo médico. Dijo que miembros destacados de Hamas se habían reagrupado allí y dirigían ataques desde el lugar.
El ejército publicó un video aéreo poco definido de lo que describió como milicianos disparando a sus fuerzas desde dentro del hospital, así como un video en el que una granada propulsada impactaba contra un vehículo blindado. Dijo que sus fuerzas habían detenido a unas 80 personas en la redada.
Hagari dijo que los pacientes y el personal médico podían quedarse en el recinto y que había un paso seguro habilitado para los civiles que quisieran marcharse.
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Hospitales cerrados mientras crece la cifra de muertos
Israel acusa a Hamas de utilizar los hospitales y otros edificios civiles para proteger a sus combatientes, y el ejército ha asaltado varios hospitales desde que comenzó la guerra tras el ataque de Hamas del 7 de octubre contra el sur de Israel.
La mayoría de los centros médicos de Gaza se han visto obligados a cerrar por falta de combustible y suministros médicos, mientras decenas de personas mueren y resultan heridas cada día en bombardeos israelíes.
Al menos 31 mil 726 palestinos han muerto en la guerra, según el Ministerio de Salud de Gaza, incluidos 81 en las 24 horas previas. El ministerio no distingue entre civiles y combatientes en su conteo, pero dice que las mujeres y los niños suponen dos tercios de los muertos.
Los milicianos palestinos mataron a unas 1 mil 200 personas en el ataque sorpresa desde Gaza que desencadenó la guerra y se llevaron a unos 250 rehenes. Se cree que Hamás tiene a unos 100 cautivos, así como los restos de otros 30, después de que la mayoría de los demás fueran liberados durante un cese el fuego el año pasado a cambio de la liberación de palestinos encarcelados por Israel.
Estados Unidos, Qatar y Egipto llevan semanas tratando de mediar otra tregua y liberación de rehenes, pero las diferencias entre los dos bandos siguen siendo grandes. Hamás reclama garantías de que se pondrá fin a la guerra, mientras que Israel promete continuar su ofensiva hasta desarticular al grupo armado.
La ofensiva israelí ha expulsado a la mayoría de los 2.3 millones de habitantes de Gaza de sus hogares.
Advertencia del PMA
Prácticamente todo el mundo en Gaza tiene problemas para conseguir comida, señaló el Programa Mundial de Alimentos, que publicó el lunes los últimos hallazgos de su Clasificación Integrada de las fases de la Seguridad Alimentaria, o CIF, un proceso internacional para estimar el alcance de una crisis de hambre.
El norte de la franja, incluida Ciudad de Gaza, fue el primer objetivo de la invasión y sufrió una destrucción generalizada. El ejército dijo a finales del año pasado que había desmantelado la mayor parte de la infraestructura militar de Hamas en el norte y retiró a miles de efectivos, pero los combates esporádicos han continuado.
El norte es el epicentro de la catástrofe humanitaria en Gaza, donde muchos residentes se han visto obligados a comer pienso para animales y buscar comida en edificios derribados debido a los enfrentamientos que continúan y las restricciones israelíes. Al menos 20 personas, la mayoría niños, han muerto de malnutrición y deshidratación en el norte, indicó este mes el Ministerio de Salud.
Unas 210 mil personas en el norte están en fase 5, la más alta y que alude a un hambre catastrófica, según el sistema de clasificación del PMA.
La agencia advirtió que si Israel amplía su ofensiva a la abarrotada ciudad sureña de Rafah, los combates podrían sumir en torno a la mitad de los 2.3 millones de habitantes del territorio en un hambre catastrófica.
Las entregas aéreas de Estados Unidos y otros países continúan y se han iniciado las entregas por una nueva ruta marítima, pero los grupos humanitarios dicen que es esencial que Israel abra más rutas terrestres y suavice las restricciones para cubrir las crecientes necesidades humanitarias.
“Estamos en un estado de hambruna que afecta a miles de personas”, dijo el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, en una conferencia internacional de ayuda en Bruselas. “El hambre se utiliza como arma de guerra”.
El diplomático pidió más eficiencia en los dos pasos fronterizos operativos y que Israel abriera otros nuevos.
“Israel tiene que hacerlo. Esto no es una cuestión de logística. No es porque Naciones Unidas no ha prestado apoyo suficiente”, afirmó. “El apoyo está ahí. Esperando. Los camiones están detenidos. La gente muere mientras los pasos terrestres se cierran de forma artificial”.
Las autoridades israelíes dicen que no limitan la entrada de ayuda y acusan a los organismos de la ONU de no distribuirla de forma oportuna, afirmando que la ayuda se amontona en el lado gazatí de los pasos.
Los grupos de ayuda dicen que los cargamentos se ven retenidos por un engorroso proceso de inspección y que la distribución en buena parte de Gaza es casi imposible debido a la continuación de los combates, las dificultades para coordinar entregas con el ejército y el desmoronamiento de la ley y el orden.
El grupo internacional de ayuda Oxfam dijo el domingo que “un sistema de inspección disfuncional y demasiado pequeño” bloquea la entrada de ayuda y los camiones se quedan varados en largas filas durante una media de 20 días. El grupo dijo tener todo un almacén de productos que fueron rechazados, como oxígeno, incubadoras y material de saneamientos y agua.
“Las autoridades israelíes no solo no están facilitando el esfuerzo internacional de ayuda, sino que lo están obstaculizando de forma activa”, afirmó la directora de Oxfam en Oriente Medio, Sally Abi Khalil.
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