El Gobierno talibán que ejerce el poder de facto en Afganistán condenó este martes los bombardeos masivos de Israel sobre el Líbano y aseguró que "la falta de una respuesta oportuna y seria al genocidio del régimen sionista en Gaza ha llevado al régimen a amenazar la seguridad de toda la región".
En un comunicado, el ministerio de Relaciones Exteriores del Gobierno talibán condenó los últimos ataques israelíes en el sur y el este del Líbano que ya han causado más de 550 muertos, 1 mil 800 heridos y miles de desplazados en el país, según las autoridades locales.
"El ministerio de Relaciones Exteriores del Emirato Islámico de Afganistán condenó enérgicamente los recientes ataques brutales del régimen sionista en Líbano, que martirizaron a cientos de personas inocentes, incluidos niños y mujeres", declaró Zia Ahmad Takel, portavoz adjunto del ministerio, en su perfil de la red social X.
En el comunicado de repulsa, publicado por el portavoz en su perfil de la red social, los fundamentalistas llamaron a la comunidad internacional a tomar "pasos urgentes y responsables para prevenir los crímenes del régimen sionista en Líbano y Palestina, especialmente en Gaza, y para garantizar la seguridad de los civiles".
El Gobierno de facto de Afganistán ha considerado en comunicados previos el territorio palestino como "un derecho histórico y legítimo de la nación palestina" y ha condenado "el genocidio en curso perpetrado por los invasores sionistas".
Israel acelerará sus ataques contra Hezbolá
Israel aseguró este martes que "acelerará" sus ataques contra el grupo chií Hezbolá en sus feudos en el Líbano.
Israel y Hezbolá llevan enfrascados en un intenso intercambio de fuego desde el 8 de octubre del pasado año, cuando el grupo chií comenzó a lanzar ataques contra el norte de Israel en solidaridad con las milicias palestinas de la Franja de Gaza.
Desde entonces han muerto más de 700 personas, la mayoría en el lado libanés y en las filas de Hezbolá, que ha confirmado unas 455 bajas, algunas en la vecina Siria.
En Israel murieron 52 personas, 26 de ellas militares y 26 civiles, incluidos 12 menores y adolescentes en un ataque en los Altos del Golán sirios ocupados.
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