San José.— Lejos de los principales focos de poder en Washington y Beijing, un episodio colateral del renovado pleito político y económico entre Estados Unidos y China creció de intensidad esta semana frente a la costa de Ecuador, con impacto en Colombia, Perú, Panamá y Costa Rica, por el riesgo de pesca ilegal, no declarada ni reglamentada en la zona de las islas Galápagos.
En una maniobra que coincidió con el acelerado agravamiento de las tensiones entre EU y China, una flota de 260 barcos mayoritariamente chinos fue desplegada a inicios de julio, y por cuarto año consecutivo, en el límite en el Océano Pacífico de las 188 millas de la Zona Económica Exclusiva Insular (ZEEI) de Ecuador.
Quito, que denunció el acto como amenaza de la pesca pirata a la riqueza marina, informó que “ha hecho conocer a China” que protegerá la ZEEI y que “hace respetar sus derechos marítimos sin diferencia de banderas”. “Esos derechos no se violan”, advirtió el canciller ecuatoriano, Luis Gallegos. Quito notificó de “esta posición soberana a las autoridades de China y de todas las nacionalidades de los barcos cuyas banderas están presentes en la flota pesquera internacional en el Pacífico ecuatorial”, agregó.
EU expresó el pasado miércoles su apoyo al presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, y a “nuestros amigos y socios” en ese país “contra cualquier agresión dirigida a su soberanía económica y ambiental”. El Comando Sur del Ejército de EU, que dirige las operaciones militares de Washing- ton en América Latina y el Caribe, insistió el martes pasado en que Ecuador “ha dado la voz de alarma sobre una enorme flota pesquera de embarcaciones en su mayoría con bandera china cerca de la zona de protección de las islas Galápagos”.
Ecuador anunció el inicio de consultas con los países ribereños del Pacífico, y en especial con Perú, Colombia, Costa Rica y Panamá, para avanzar a una solución conjunta e “intensificar” las acciones para combatir la “pesca ilegal, no declarada y no reglamentada”.
Gallegos destacó que, ante las inquietudes que Ecuador le planteó, China garantizó el 23 de julio que ninguno de sus barcos incursionará a la ZEEI y “menos” a Galápagos, Patrimonio de la Humanidad y segunda reserva marina más grande del mundo, sólo superada por la Antártida.
Con datos del Ministerio de Defensa de Ecuador, confirmó que “ni un solo barco de China o de otras nacionalidades ha entrado” a la ZEEI “ni insular ni territorial”.
El Pacífico oriental se convirtió desde la segunda mitad del siglo XX en santuario de la pesca pirata de flotas de China, Japón y otros países de Asia y de EU. El diferendo reconfirmó a América Latina y el Caribe como región en disputa entre EU y China, cuya tensión recrudeció en marzo de 2018 por pugnas comerciales, mermó en enero de 2020 con un pacto bilateral y se agravó por la pandemia. El secretario de Estado Mike Pompeo insistió en un diálogo el lunes pasado con el canciller de Costa Rica, Rodolfo Solano, en “las promesas vacías” de China a Centroamérica, que en este siglo fortaleció lazos económicos con Beijing.