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La muerte de la reina Isabel II el pasado jueves desencadenó una avalancha de dolor y a la vez tributos por parte de los líderes mundiales y de la gente común.
Muchos en las antiguas colonias británicas han honrado abiertamente la memoria de la monarca, mientras que otros han compartido fotografías de Su Majestad visitando sus respectivos países.
Pero la admiración no es unánime. Para algunos, su muerte ha despertado recuerdos de la historia en ocasiones sangrienta del gobierno colonial: atrocidades contra los pueblos indígenas, el robo de estatuas y artefactos de las naciones de África occidental, oro y diamantes del sur de África e India, esclavitud y opresión.
Si bien el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, describió a la reina como una figura pública extraordinaria que sería recordada con cariño por muchos en todo el mundo, el partido opositor Luchadores por la Libertad Económica (EFF) dijo que no estaría de luto por el fallecimiento.
"Durante su reinado de 70 años, nunca reconoció los crímenes que Gran Bretaña y su familia perpetraron en todo el mundo y, de hecho, fue una orgullosa abanderada de las atrocidades", comentó el tercer partido más grande del país en un comunicado.
"Para nosotros, su muerte es un recordatorio de un período muy trágico en este país y en la historia de África".
Las críticas en redes sociales
En las redes sociales, las críticas han ido mucho más allá.
Los tuits publicados por la profesora Uju Anya, estadounidense nacida en Nigeria, compartidos en las horas previas a la muerte de la reina, desencadenaron un fuerte debate.
Uno fue eliminado por Twitter por violar sus reglas.
En un segundo tuit, escribió: "Si alguien espera que exprese algo más que desdén por la monarca que supervisó un gobierno que patrocinó el genocidio, que masacró y desplazó a la mitad de mi familia, cuyas consecuencias todavía están tratando de superar los que están vivos hoy, puedes seguir deseando una estrella".
Aparentemente, su tuit es una referencia a la guerra de Biafra a fines de la década de 1960, en la que el gobierno británico apoyó y armó al gobierno nigeriano que bloqueó, mató de hambre y finalmente aplastó a los secesionistas de la autoproclamada República de Biafra.
Un usuario de Twitter, @ParrenEssential, respondió que los nigerianos no se comportan así y agregó: "Estás tergiversando nuestra cultura y nuestro país".
Otros han dicho que criticar a una persona en el momento de su muerte es "no africano".
El día de la muerte de la reina también aparecieron mensajes que exigían la devolución del diamante Estrella de África, que se extrajo en Sudáfrica en 1905 y ahora se encuentra entre las joyas de la corona británica.
Muchos afirman que es una joya robada. Aunque fue comprado por el gobierno de Transvaal y entregado a la familia real británica como muestra de lealtad, la opinión predominante en las redes sociales es que sus verdaderos dueños son los sudafricanos.
El usuario de Twitter @Qban_Linx dijo que el diamante de US$400 millones, cuya pieza más grande está en el cetro real que llevan los monarcas en su coronación, podría cubrir el costo de la educación superior de 75 mil estudiantes sudafricanos.
Ha habido una protesta similar en India, donde el hashtag "Kohinoor" rápidamente comenzó a ser tendencia después de la muerte de la reina Isabel, una referencia a un gran diamante en una corona real que, según se informa, usará la nueva reina consorte.
Solicitan los restos de héroes africanos
Otros críticos dicen que la reina debería haber usado su poder e influencia para garantizar que se devolvieran los restos humanos de quienes lucharon contra el dominio colonial británico.
Los kenianos y sudafricanos exigen a héroes como Koitalel Samoei, quien lideró la resistencia Nandi en la actual Kenia a fines del siglo XIX, y el rey Hinstsa kaKhawula de Xhosa en Sudáfrica, quien fue asesinado en 1835.
Después de que los cuerpos fueron mutilados, sus cabezas fueron llevadas a Gran Bretaña como trofeos.
También se ha recordado la brutal matanza de kenianos durante la rebelión de Mau Mau.
Gitu Wa Kahengeri, quien se unió a la rebelión cuando era un adolescente de 17 hace 81 años, recordó haber sido detenido en un campamento por las fuerzas británicas, golpeado y privado de comida.
"Ocuparon mi tierra, mi derecho de nacimiento", dijo a la agencia de noticias Reuters. "Pero estamos de luto por la reina porque es una persona, un ser humano", dijo.
"Lamentamos que la gente muera".
El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, quien se refirió a Isabel II como "un ícono imponente del servicio desinteresado", ha sido criticado por algunos kenianos por declarar cuatro días de duelo nacional.
Mientras, el expresidente de Botsuana, Ian Khama, fue otro de los que defendió su legado, describiéndola como insustituible.
"El colonialismo no es algo que queramos recordar, fue un período oscuro", dijo.
El continente debería verla como alguien que "trajo una nueva era desde un pasado oscuro", argumentó.
Muchos han dicho que la reina nunca se disculpó por los crímenes cometidos en nombre del imperio.
Sin embargo, reconoció "episodios angustiosos" y "difíciles", como una masacre en Amritsar, en el norte de India, en 1919.
Antes de visitar el lugar en 1997, donde un general británico ordenó a las tropas disparar contra los manifestantes en un jardín amurallado, pronunció un discurso expresando su pesar.
"La historia no se puede reescribir, por mucho que a veces deseemos lo contrario. Tiene sus momentos de tristeza y alegría. Debemos aprender de la tristeza y construir sobre la alegría".
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