Teherán/Washington.— Sólo era cuestión de tiempo. La venganza de Irán por el asesinato de Qassem Soleimani se hizo realidad esta madrugada, con sendos ataques a bases en Irak utilizadas por soldados de Estados Unidos.
Y tras la tempestad, vinieron las declaraciones para calmar la tensión. “Todo bien”, tuiteó el presidente estadounidense Donald Trump. “Irán concluyó medidas proporcionadas en defensa propia”, tuiteó el canciller Mohamed Javad Zarif. “No buscamos una escalada o la guerra”, añadió.
La operación Mártir Soleimani, como se le denominó, comenzó a las 16:30 del martes, hora de México, 1:30 am del miércoles en Bagdad. Fue aproximadamente la misma hora en que, el viernes pasado, Estados Unidos lanzó un ataque en el que murió el general iraní Qassem Soleimani, líder de las Fuerzas Quds, un grupo de élite de las Guardias Revolucionarias de Irán que se encargaba, entre otras cosas, de entrenar a milicias proiraníes en Medio Oriente, incluyendo Irak.
Los funerales concluyeron justo ayer en la ciudad natal de Soleimani, Kermán. Igual que los días anteriores, acudió una multitud. Sin embargo, por causas que se desconocen, se desató una estampida que causó la muerte de al menos 56 personas y heridas a más de 200.
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Pero una vez que se acabaron las honras fúnebres, llegó la hora de la “dura venganza” prometida por el ayatola Alí Jamenei.
Primero vino un primer ataque contra la base aérea de Ayn al Asad, utilizada por las tropas de Estados Unidos por primera vez después de la invasión de 2003 en la que fue derrocado el dictador Saddam Hussein, y posteriormente volvieron ahí para combatir al grupo Estado Islámico (EI) en Irak y Siria. Hay unos mil 500 efectivos de la coalición estadounidense estacionados ahí.
En cambio, funcionarios estadounidenses confirmaron un segundo ataque, alrededor de una hora después del primero, contra la base de Erbil.
Estados Unidos aún está haciendo una evaluación de daños, como señaló el propio Trump en su tuit.
Sin embargo, hasta el momento todo indica que no hay víctimas estadounidenses. Funcionarios de seguridad de Irak dijeron que tampoco se reportan víctimas entre sus miembros.
Medios como CNN citaron a fuentes estadounidenses e iraquíes según las cuales en los puntos atacados no había soldados de EU. Un funcionario militar aseguró que fueron alertados con suficiente anticipación del ataque.
Estados Unidos señaló que se habrían lanzado unos 15 misiles, de los cuales cuatro fallaron. La Guardia Revolucionaria habló de una docena, y aseguró que todos impactaron en sus blancos. La televisión iraní dijo que se usaron misiles balísticos con un rango de 300 kilómetros.
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Además, este cuerpo iraní advirtió no sólo a Washington, sino a sus aliados regionales, que no tomen represalias. “Les advertimos a todos los aliados estadounidenses, que le dieron sus bases a su ejército terrorista, que cualquier territorio que sea el punto de inicio de actos agresivos contra Irán será atacado”, afirmó la Guardia Revolucionaria, que también amenazó a Israel.
En vista de la escalada, la Administración Federal de Aviación de EU prohibió a los operadores de aviación civil estadounidense volar en el espacio aéreo de Irak e Irán, así como sobre las aguas del golfo Pérsico y el golfo de Omán. También se elevaron medidas de seguridad en Washington.
Antes del ataque, Trump había rechazado sacar las tropas de Irak, como le exige el gobierno iraquí tras el asesinato de Soleimani. El mandatario estadounidense, quien alega que Soleimani planeaba ataques inminentes contra intereses de EU, dijo que “en algún momento queremos salir [de Irak], pero este no es el momento adecuado... sería lo peor que le puede pasar a Irak”.
EU tiene entre 5 mil y 6 mil militares en Irak, según distintas estimaciones. El primer ministro saliente de Irak, Adel Abdul-Mahdi, dijo que Washington no tiene alternativa y debe irse.