Una investigación conjunta de medios de comunicación sobre el "síndrome de La Habana", un trastorno inexplicable que ha afectado a decenas de diplomáticos estadounidenses y funcionarios del gobierno desde 2016, encontró evidencias de que una unidad militar rusa podría ser la responsable.
La investigación realizada a lo largo de cinco años por el equipo del programa 60 Minutes, de CBS; el medio independiente de noticias The Insider, con sede en Rusia, y la revista alemana Der Spiegel llegó a la conclusión de que la Unidad 29155 del Directorio Principal del Alto Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, mejor conocido como GRU, podría estar detrás de los síntomas neurológicos que han afectado a los diplomáticos.
Un estudio de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) reveló hace unos días que unos 81 pacientes se vieron afectados por “incidentes de salud anormales (AHI por sus siglas en inglés)”: migraña, mareos, náuseas, problemas de visión, entre otros.
Como se detectó por primera vez en diplomáticos estadounidenses y canadienses destinados en La Habana en 2016, se dio a conocer a estos trastornos como “síndrome de La Habana”.
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Nuevas evidencias sugieren que "probablemente hubo ataques dos años antes en Frankfurt, Alemania, cuando un empleado del gobierno estadounidense estacionado en el consulado allí quedó inconsciente por algo parecido a un fuerte rayo de energía", según indicó The Insider The Insider.
"La víctima fue diagnosticada más tarde con una lesión cerebral traumática” y esta persona identificó “a un operativo de la Unidad 29155 con sede en Ginebra" como quien estaba detrás de este síndrome.
Un informe del gobierno estadounidense difundido en 2023 consideró “muy improbable” que un adversario extranjero estuviera detrás de las misteriosas lesiones cerebrales sufridas por funcionarios de seguridad nacional de Estados Unidos. Según los científicos, los síntomas que presentan los afectados podrían estar causados por un haz de microondas o ultrasonidos acústicos.
Greg Edgreen, un teniente coronel del ejército ya retirado que dirigió la investigación del Pentágono, dijo a CBS que las pesquisas “han llevado consistentemente a Rusia”.
Carrie, víctima ella misma del Síndrome de La Habana y agente del FBI, señaló a CBS que sus indagaciones sobre el tema también apuntan a Rusia. En específico, a un hombre: Vitalii Kovalev, detenido en 2020 en Florida y de quien las investigaciones de 60 Minutes, The Insider y Der Spiegel indican que es un espía ruso.
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Kovalev cumplió 30 meses en prisión y regresó a Rusia en 2022. Un certificado de defunción indica que murió el año pasado, peleando en Ucrania.
Christo Grozev, periodista de The Insider y quien participó en la investigación encontró un documento que vincularía a la unidad 29155 con la producción de un arma de energía dirigida.
Es una pieza de contabilidad. Un oficial de la 29155 recibió una bonificación por un trabajo sobre "capacidades potenciales de armas acústicas no letales..."
También hay pruebas de que la unidad 29155, que se especializa en asesinatos, pudo haber estado presente en Tiflis (Georgia) cuando funcionarios estadounidenses denunciaron incidentes allí. Grozev cree que los miembros de la 29155 estaban allí para facilitar, supervisar o posiblemente ejecutar personalmente ataques contra funcionarios estadounidenses utilizando un arma acústica.
El estudio de los NIH no reveló lesiones cerebrales importantes en los afectados. Leighton Chan, citado en un comunicado de los NIH, señaló, no obstante, que a pesar de estos resultados “es importante reconocer que estos síntomas existen, causan alteraciones significativas en la vida de quienes los experimentan y se ven afectados y pueden ser bastante duraderos, incapacitantes y difíciles de tratar”.
Cuba negó desde el principio estar detrás de este síndrome. Cuestionado por el programa 60 Minutes, el Directorado de Inteligencia Nacional remitió a la Evaluación Anual de Amenazas de la Comunidad de Inteligencia sobre los AHI, que afirma que “la mayoría de las agencias de la comunidad de inteligencia han llegado a la conclusión de que es muy improbable que un adversario extranjero sea responsable de los AHI notificados”.
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