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Madrid
.- El Congreso español vivió este sábado un debate de investidura del socialista Pedro Sánchez como jefe del Gobierno lleno de duras acusaciones, incluso de insultos, que se impusieron a la discusión política, mientras que el resultado de la votación pende de un hilo.
Con la discusión sobre el independentismo en la región de Cataluña polarizando el debate, cuestiones como el patriotismo y la unidad nacional dominaron gran parte de las intervenciones, en las que la oposición de derecha agitó con profusión el fantasma de la ruptura entre españoles.
El resultado de la votación del martes por mayoría simple sigue muy ajustado, con apenas dos votos de diferencia, después de que la diputada de un pequeño partido regional anunció hoy que votará "no" a Sánchez en contra de la decisión adoptada por su formación.
Sánchez
, presidente del Ejecutivo en funciones y líder del Partido Socialista ( PSOE ), presentó durante cerca de dos horas un programa de Gobierno progresista en coalición con la formación izquierdista Unidas Podemos ( UP ).
Debate sobre Cataluña
Entre la larga lista de objetivos que desgranó el dirigente socialista destacó el campo social, como el aumento de los ingresos más bajos, la subida de las pensiones, la recuperación de derechos laborales perdidos durante los gobiernos del conservador Partido Popular ( PP ) o la mejora de servicios públicos como sanidad o educación.
Sánchez
, vencedor de las elecciones del pasado 10 de noviembre pero sin mayoría, se presentó como la única alternativa matemática que hay en el Congreso para romper con el bloqueo político que impidió formar un Gobierno tras los primeros comicios celebrados en abril.
El dirigente socialista intentó lanzar un debate constructivo, centrándose en medidas y propuestas.
Pero lo que realmente dominó la discusión fue la región de Cataluña y su importante corriente independentista, pues la oposición de derecha y ultraderecha considera que los acuerdos del PSOE con el partido independentista catalán de izquierda ERC son una cesión a los secesionistas que pone en peligro la unidad nacional.
"No se va a romper España , no se va a romper la Constitución. Se va a romper el bloqueo", afirmó de forma tajante Sánchez .
También lamentó que la derecha no acepte que ha perdido cinco elecciones durante 2019 (dos generales, las locales, regionales y europeas) y siga bloqueando la gobernabilidad del país.
Sin embargo, el jefe del Gobierno en funciones recibió una andanada de ataques del Partido Popular ( PP , conservador) y del ultraderechista Vox , centrados sobre todo en las cesiones que consideran que ha realizado a partidos nacionalistas e independentistas vascos y catalanes para que le apoyen o se abstengan.
Pablo Casado, presidente del PP (segunda mayor bancada del Congreso), denunció que Sánchez "rompe con la soberanía nacional" y ha dejado que la gobernabilidad del país "descanse en partidos independentistas".
Y Santiago Abascal, presidente de Vox (que tiene el tercer mayor grupo en el Congreso), elevó el tono, empleando repetidamente términos como timador o traición.
En una intensa serie de réplicas y contrarréplicas con ambos, Sánchez les acusó de utilizar el patriotismo cuando les interesa y de fomentar el alarmismo sin tratar de aportar soluciones.
En favor de Sánchez intervino el líder de UP , Pablo Iglesias, quien destacó el contenido social del Gobierno de coalición pactado con los socialistas, que busca que " España sea un referente para Europa y para el mundo de la justicia social".
El Gobierno pactado por PSOE y UP sería el primero de coalición en la historia reciente de España , y entre sus medidas sociales destacan también el control del precio de los alquileres de la vivienda o la lucha contra la pobreza infantil, junto con el combate al cambio climático y la transición hacia la economía digital.
La "estrecha" mayoría de Sánchez
El Congreso celebrará mañana, domingo, la primera votación sobre Sánchez , para la que se requiere una mayoría absoluta (176 votos sobre 350) que el líder socialista no tiene.
Por ello, el martes habría una segunda votación en las que bastará una mayoría simple de la que Sánchez sí dispone, aunque muy estrecha (167 votos a favor por 165 en contra y 18 abstenciones).
Esa mayoría simple se hizo más estrecha con el anuncio de la diputada Ana Oramas del pequeño partido Coalición Canaria de votar en contra del Sánchez a pesar de que su formación había decidido ayer abstenerse.
Los independentistas catalanes de ERC confirmaron hoy su decisión de abstenerse para facilitar un Gobierno progresista después de que la Junta Electoral Central anunció ayer viernes la inhabilitación del presidente regional catalán, Quim Torra, y se opuso a que el líder de ese partido, Oriol Junqueras, actualmente en la cárcel, tenga inmunidad como miembro del Parlamento Europeo electo en mayo pasado.
El tenso debate en el Congreso y el alarmismo sembrado por la oposición comenzó a trasladarse a la calle, con una manifestación en el centro de Madrid contra la investidura de Sánchez , oficialmente convocada por redes sociales, y a la que asistió el alcalde de la capital, del Partido Popular.
agv