El origen del Día Internacional de la Mujer, formalizado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1977, se remonta a las protestas de fines del siglo XIX y principios del XX, y al movimiento obrero, reportan organismos y especialistas. Incluso, el órgano internacional fija varias fechas clave en 1909, 1910, 1911, 1913, 1915 y 1917.
La BBC recordó en “Cuál es el origen del Día de la Mujer y por qué se conmemora el 8 de marzo” que “la vida de la mujer en Occidente por aquel entonces era una continua historia de limitaciones: ni derecho a voto, ni a manejar sus propias cuentas, ni formación y con una esperanza de vida mucho menor que la masculina por los partos y los malos tratos”.
Mencionó que “un ejemplo de esa creciente inquietud y debate entre mujeres se encuentra en 1848, cuando las estadounidenses Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott congregan a cientos de personas en la primera convención nacional por los derechos de las mujeres, en Estados Unidos.
Ambas mantuvieron que ‘todos los hombres y las mujeres son creados iguales’ y exigieron derechos civiles, sociales, políticos y religiosos para el colectivo. Entonces, recibieron burlas, especialmente en cuanto al derecho de las mujeres a votar, pero pusieron una semilla que en los siguientes años fue creciendo”.
Sobre el derecho al sufragio, la cadena británica BBC mencionó en “Elecciones en EU: las mujeres celebran la oportunidad de votar por una mujer”, que “Susan B. Anthony fue una de esas pioneras. Junto con Elizabeth Cady Stanton, fundó la Asociación Nacional por el Sufragio Femenino en 1869. Tres años más tarde, fue multada por votar ilegalmente en las elecciones presidenciales”.
Las manifestaciones
“Los historiadores coinciden en destacar como antesala directa del Día Internacional de la Mujer la marcha de mujeres que se vivió en Nueva York en 1908, cuando unas 15 mil se manifestaron para pedir menos horas de trabajo, mejores salarios y derecho a votar”, de acuerdo con la BBC.
En 1909 se celebró el Día Nacional de la Mujer en Estados Unidos por sugerencia de la activista Theresa Malkiel, quien “dedicó su vida a mejorar las condiciones de las mujeres de clase trabajadora y de las inmigrantes, enfocándose en temas críticos como el sufragio, la naturalización y el acceso a la educación. Lamentablemente, a diferencia de muchos de sus contemporáneos, la vida de Malkiel, como escribe la historiadora Sally M. Miller, ‘no es muy conocida y el registro de su trabajo sigue siendo confuso’”, reportó Mary McGill, colaboradora del medio VICE.
Malkiel, “en 1909 y en 1910, apoyó una gran huelga de trabajadoras textiles, denominada ‘Levantamiento de los 20.000’, con ayuda financiera, discursos y columnas. Después de soportar un invierno en el piquete, los huelguistas tuvieron gran éxito, consiguiendo mejores salarios y jornadas laborales más cortas, aunque los propietarios de las fábricas se negaron a ceder en cuestiones de seguridad”, escribió Gillian Brocell, periodista del The Washington Post en “La mujer olvidada detrás del Día Internacional de la Mujer”.
En 1910, mencionó la ONU, “la Internacional Socialista, reunida en Copenhague, Dinamarca, estableció un Día de la Mujer, de carácter internacional, para honrar el movimiento por los derechos de las mujeres y generar apoyo para lograr el sufragio universal para las mujeres”. La idea fue de la comunista alemana Clara Zetkin, quien fue escuchada por un centenar de mujeres procedentes de 17 países y aprobada de forma unánime, aunque sin acordar una fecha concreta.
Incluso, McGill destacó que “mucho antes de que Hillary Clinton hiciera famoso el estribillo de “los derechos de las mujeres son derechos humanos”, Malkiel hizo la conexión en un ensayo de 1909. “La cuestión de la mujer”, escribió, “no es ni más ni menos que una cuestión de derechos humanos”.
La ONU resumió que “en varios países europeos y en Estados Unidos se celebra el día de la mujer. Pero esta celebración se produce el 19 de marzo, en conmemoración de la revolución de 1848 y de la “Comuna de París”. Además del derecho a votar y a ocupar cargos públicos, exigieron el derecho de las mujeres al trabajo, a la formación profesional y el fin de la discriminación en el trabajo”.
“El Día Internacional de la Mujer surge de los movimientos revolucionarios entre las mujeres de la clase trabajadora y entre [sus] partidarios”, dice Temma Kaplan, activista y profesora jubilada de historia en la Universidad de Rutgers en Estados Unidos, a Sara Johnson, de The Guardian en “Feliz Día Internacional de la Mujer: una mirada retrospectiva a más de un siglo de lucha mundial por la justicia y la igualdad”. "Tenía una cara intelectual y pública porque la movilización era parte de los primeros movimientos sufragistas y de mujeres socialistas”, remarcó Kaplan.
Brocell, del The Washington Post, describió que “Malkiel también se hizo socialista y, a los 26 años, se casó con el también socialista y abogado Leon Malkiel. Los ingresos de su marido le permitieron salir de un taller clandestino, pero después de mudarse al suburbio de Yonkers y tener un hijo, Malkiel continuó su activismo, escribió Miller, proporcionando ayuda a mujeres inmigrantes, ocupando puestos de liderazgo en el Partido Socialista de América y, con ella, marido, cofundador de un periódico socialista, el New York Call. (Nota al margen: su hija, Henrietta , más tarde cofundó otra publicación, Congressional Quarterly, con su marido, Nelson Poynter)”.
Además, “Malkiel fue una firme defensora de la igualdad de las mujeres y el derecho al voto, aunque desconfiaba de las mujeres no inmigrantes de clase alta que tendían a liderar los grupos de sufragio femenino. En sus folletos, columnas y discursos, argumentó que la verdadera igualdad (para las mujeres, los afroamericanos, los inmigrantes y los niños trabajadores) sólo se lograría a través del socialismo”.
La tragedia y el primer Día Internacional en Europa
La BBC detalló que “se celebra el primer Día Internacional de la Mujer, el 19 de marzo de 1911, reuniendo a más de un millón de personas en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza. Además del derecho de voto y de ocupar cargos públicos, se exigió entonces el derecho al trabajo de la mujer, a la formación profesional y a la no discriminación laboral. No obstante, en sus inicios, ‘la conmemoración (también) sirve de protesta contra la I Guerra Mundial, recuerda la ONU’”.
En 1911, recordó Brocell, “después de la aparente victoria de los huelguistas, su precariedad quedó al descubierto. La fábrica Triangle Shirtwaist, cuyos trabajadores habían formado parte del Levantamiento de las 20.000, se incendió y mató a 146 personas, 123 de ellas mujeres y niñas, que habían sido encerradas por los propietarios de la fábrica. Hoy en día, más personas recuerdan el incendio que el levantamiento que lo precedió”.
McGill destacó que “publicada en 1910, la novela de Malkiel, El diario de una huelguista camisera, capturó la valentía de los huelguistas. La dedicatoria del libro dice: “A las heroínas anónimas de la huelga textil, el autor dedica amorosamente este diario”. Después del incendio de la fábrica Triangle Shirtwaist en 1911, en el que murieron 146 trabajadores de la confección, la novela de Malkiel y la atención pública que recibió ayudaron a reformar las leyes laborales”.
La ONU también destacó que “en el marco de los movimientos en pro de la paz que surgieron en vísperas de la Primera Guerra Mundial, las mujeres rusas celebraron su primer Día Internacional de la Mujer el último domingo de febrero de 1913. En el resto de Europa, las mujeres celebraron mítines en torno al 8 de marzo del año siguiente para protestar por la guerra o para solidarizarse con las demás mujeres".
En 1917, según el organismo internacional, “en el contexto de la guerra, las mujeres en Rusia optaron nuevamente por protestar por "pan y paz” y hacer huelga el último domingo de febrero (que coincidía con el 8 de marzo en el calendario gregoriano). Cuatro días después, el zar abdicó y el gobierno provisional concedió a las mujeres el derecho al voto”.
De acuerdo con el organismo internacional, “después de la Segunda Guerra Mundial, el 8 de marzo empezó a celebrarse en varios países. En 1975, durante el Año Internacional de la Mujer, las Naciones Unidas comenzaron a conmemorar el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer.
“Dos años más tarde, en diciembre de 1977, la Asamblea General adoptó una resolución que proclamaba un Día de las Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional, que los Estados Miembros debían celebrar cualquier día del año, de conformidad con sus tradiciones históricas y nacionales. Desde entonces, las Naciones Unidas y sus agencias han trabajado incansablemente para garantizar la igualdad de género en todo el mundo y han logrado grandes resultados: en 1995, la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, una hoja de ruta histórica firmada por 189 gobiernos, se centró en 12 áreas críticas de preocupación; y la inclusión del Objetivo 5 “Lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas” en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”.
“Trabajar juntas para lograr el cambio”
En este 2024 el lema es “Invertir en las mujeres, acelerar el progreso”. La ONU advierte que uno de los principales obstáculos para lograr la igualdad de género es la falta de financiamiento. Y reclama acción en cinco áreas: invertir en las mujeres como una cuestión de derechos humanos; acabar con la pobreza; poner en marcha un financiamiento transformador para la igualdad de género; avanzar hacia el desarrollo sostenible y una sociedad del cuidado, y apoyar los feminismos que impulsan el cambio.
La doctora Deborah Stienstra, del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Guelph, dice a McGill que “la lección más importante es trabajar juntas para lograr el cambio (…) Somos más fuertes juntas. La sola voz no es suficiente. Necesitamos permanecer unidas y ser consistentes a lo largo del tiempo y resistir y luchar contra la opresión y luchar por otras que no tienen el mismo acceso a ese poder colectivo”.
Reem Alsalem, relatora especial de la ONU sobre la violencia contra las mujeres y las niñas, declaró en The Guardian que “ahora existe una tendencia a identificar el grupo que creemos que está en riesgo, centrarnos en él y restarle prioridad al resto. Las otras mujeres pasan al olvido y se vuelven invisibles. Algunos finalmente logran movilizarse y llamar la atención, incluida la atención de los medios, para contar sus historias. Seamos realistas, sin embargo, una gran mayoría no lo hará”.
Brocell concluyó que “en el siglo XXI, las redes sociales han acercado el Día Internacional de la Mujer a las nuevas generaciones y a nuevas oportunidades de marketing, que Malkiel y los millones de mujeres socialistas que lo crearon probablemente no habrían aprobado”.
Sin embargo, Julie Gottlieb, profesora de historia moderna en la Universidad de Sheffield, dijo a The Guardian que “lo que hemos descubierto sobre el Día Internacional de la Mujer es su fluidez y la forma en que se adapta a las preocupaciones actuales. Es muy adaptable. No celebramos lo mismo todos los años.
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