Las escuelas en Nueva Delhi, la capital de la India, se vieron obligadas a cerrar el lunes debido a las intensas lluvias monzónicas que azotaron la ciudad. Al menos 15 personas han muerto debido a los deslizamientos de tierra e inundaciones repentinas en los últimos tres días. Más al norte, el desborde del río Beas arrasó con vehículos y anegó vecindarios enteros.
En Japón, lluvias torrenciales provocaron inundaciones y deslaves que cobraron la vida de dos personas en el suroeste del país, mientras que por lo menos otras seis continuaban desaparecidas el lunes. La televisión local transmitió imágenes de casas dañadas en la prefectura de Fukuoka, y las aguas fangosas del desbordado río Yamakuni parecían poner en peligro un puente en el poblado de Yabakei.
En el condado neoyorquino de Ulster y en Vermont algunas personas aseguraron que no habían visto inundaciones de tal magnitud desde el huracán Irene, cuya llegada en 2011 es calificada como el peor evento climático en la historia del condado.
Aunque las destructivas inundaciones en la India, Japón, China, Turquía y Estados Unidos podrían parecer eventos distantes, científicos atmosféricos aseguran que tienen algo en común: La formación de tormentas en una atmósfera más cálida, lo que vuelve una realidad actual la llegada de lluvias más intensas. Y un mayor calentamiento sólo empeorará las cosas.
Eso se debe a que una atmósfera más cálida retiene más humedad, lo que resulta en tormentas con mayor precipitación que pueden tener consecuencias fatales. Los contaminantes, en particular el dióxido de carbono y el metano, están calentando la atmósfera. Estas sustancias retienen el calor en lugar de permitir que se irradie hacia fuera de la Tierra, hacia el espacio.
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Aunque el cambio climático no es la causa de que las tormentas traigan lluvias, estas tormentas se están formando en una atmósfera que es cada vez más caliente y húmeda.
“Sesenta y ocho grados Fahrenheit (20 grados Celsius) pueden retener dos veces más agua que 50 grados Fahrenheit (10 °C)”, dijo Rodney Wynn, del Servicio Meteorológico Nacional en Tampa Bay. “El aire caliente expande y el aire frío contrae. Como con un globo: cuando se calienta su volumen será mayor, por lo tanto puede retener más humedad”.
Por cada grado Celsius (o cada 1.8 grados Fahrenheit) que se calienta la atmósfera, retiene aproximadamente 7% más humedad. Según la NASA, la temperatura promedio a nivel mundial ha aumentado al menos 1.1 grados Centígrados (1.9 °F) desde 1880.
“Cuando se forma una tormenta eléctrica, el vapor de agua se condensa en pequeñas gotas y cae de nuevo a la superficie. Así que a medida que estas tormentas se forman en ambientes más cálidos que tienen una mayor humedad, aumenta la cantidad de lluvia”, explicó Brian Soden, profesor de ciencias atmosféricas de la Universidad de Miami.
A lo largo de montañosa y panorámica costa del mar Negro en Turquía, las fuertes lluvias desbordaron ríos y causaron daños en ciudades con inundaciones y deslaves.
Al menos 15 personas perdieron la vida debido a las inundaciones en otra región montañosa: el suroeste de China.
“A medida que el clima se caliente, prevemos que las lluvias intensas se vuelvan más comunes; es una predicción bastante sólida de los modelos climáticos”, añadió Soden. “No es sorpresa ver que estén ocurriendo estos eventos, es lo que los modelos han estado pronosticando desde el primer día”.
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