Los aspirantes a la candidatura presidencial demócrata se enfrentarán el martes y el miércoles por la noche en otro debate donde tendrán que buscar un delicado equilibrio entre denunciar al presidente Donald Trump y ofrecer su propia visión para el país.
Seguramente en el temario estarán los recientes tuits y comentarios racistas de Trump sobre cuatro legisladoras de minorías étnicas y sobre Baltimore, una ciudad de gran diversidad racial. Pero al mismo tiempo, serán presionados a ofrecer propuestas originales y específicas sobre cómo mejorarán la suerte de los estadounidenses, como por ejemplo en el tema de los costos de la atención médica o de proteger el empleo cuando la economía empieza a mostrar señales inquietantes.
Actualmente hay más de 20 aspirantes a la candidatura presidencial demócrata, de los cuales 10 participarán en cada uno de los nuevos debates, la segunda serie hasta ahora en la contienda.
Para varios candidatos, será la última oportunidad de presentarse como un contrincante serio. El Comité Nacional Demócrata ha aprobado nuevas normas que destilarán las filas de pretendientes. Para poder calificar a los próximos debates en septiembre, los candidatos tendrán que superar umbrales más altos de recaudación de fondos y de apoyo en las encuestas, y más de la mitad parecen estar en riesgo de quedar atrás.
"Todo está en juego", comentó Jill Alper, una estratega política que ha trabajado en siete campañas presidenciales demócratas. Aconsejó a los candidatos a hablar sobre Trump pero “virar rápidamente” hacia sus propuestas de gobierno.
Los candidatos más prominentes, Bernie Sanders (senador por Vermont) y Elizabeth Warren (senadora de Massachusetts), serán el foco de atención la noche del martes. Warren ha estado avanzando en las encuestas, quitándole apoyo a Sanders, y en el debate ella podría rematar si demuestra a los partidarios de Sanders que ella merece su voto.
El evento podría también ser una oportunidad para que candidatos más moderados como Pete Buttigieg (alcalde de South Bend, Indiana), Beto O'Rourke (ex representante por Texas) y Amy Klobuchar (senadora por Minnesota), se presenten como alternativas viables a los más progresistas.
Estarán también en el escenario John Hickenlooper (ex gobernador de Colorado), quien ha denunciado el tipo de democracia socialista que Sanders apoya. Otros abanderados son Tim Ryan (representante por Ohio), John Delaney (ex representante de Maryland), Marianne Williamson (autora de libros de mejoramiento personal) y Steve Bullock (gobernador de Montana), quienes se incorporaron a la contienda recientemente y no pudieron participar en la primera serie de debates el mes pasado.
ml