Nueva York.— “Este es el pueblo del estado de Nueva York contra Donald J. Trump”, con esas palabras inició formalmente el juicio penal contra un expresidente de Estados Unidos. El republicano hizo historia al sentarse en el banquillo de los acusados por pagos presuntamente ilegales a la actriz porno Stormy Daniels. Trump se ha declarado inocente de 34 delitos graves de falsificación de registros comerciales. Los fiscales dicen que el presunto fraude fue parte de un esfuerzo por evitar que surgieran historias lascivas (y, según Trump, falsas) sobre su vida sexual en la campaña electoral de 2016.
En una jornada de más de cinco horas en el tribunal penal de Manhattan, se descartó a la mayoría de los potenciales jurados y el juez Juan Merchán dijo al acusado, defensores e integrantes de la fiscalía las pruebas que aceptaría. También se desahogaron otras mociones, como la recusación que pedía la defensa de Trump y quedó por definir una posible sanción contra él por violar una orden mordaza, después de que pubicara mensajes recientes sobre potenciales testigos del proceso, incluida Daniels [su nombre real es Stephanie Cliffords].
El futuro candidato republicano, que se mantuvo mayormente en silencio en el proceso, protestó al terminar la primera jornada por las trabas para que pueda ausentarse del juicio. Antes de comenzar lo calificó como una “persecución política” orquestada por los demócratas.
Una primera tanda de 96 personas fue llamada a la sala para someterse al proceso formal de selección del jurado. En los primeros minutos más de la mitad fueron excusados después de que Merchán invitara a levantar la mano a aquellos que reconocieron no poder ser imparciales, y a ellos se sumaron una decena más que indicaron tener otros problemas (supuestamente personales) que les impedían la tarea.
Con los potenciales jurados reducidos a un tercio, el juez Merchán llamó a 18 para escuchar sus respuestas a un cuestionario y descartó a varios más. Merchán llegó a interrogar a una decena de potenciales jurados. El proceso de selección continuará este martes y se espera que dure varios días hasta que ambas partes consigan consensuar un panel de 12 jurados que consideren imparciales, además de siete más en la reserva por si alguno falla. Los posibles miembros del jurado serán conocidos sólo por su número, ya que el juez ha ordenado que sus nombres se mantengan en secreto para todos, excepto para los fiscales, Trump y sus equipos legales.
Al finalizar el primer día, el republicano protestó después de que el juez rechazara excusarlo la semana que viene para la vista sobre su inmunidad en la Corte Suprema de EU ni los miércoles, que tiene en teoría libres. El magistrado dejó en el aire la posibilidad de que Trump pueda asistir a la graduación de su hijo menor, Barron, el 17 de mayo. “Como saben, mi hijo va a graduarse en la escuela secundaria y parece que el juez no me dejará ir (...) y no puedo ir a la Corte Suprema de EU, y no [estaré] en Georgia ni Florida ni Carolina del Norte haciendo campaña, como debería. Es perfecto para los demócratas de la izquierda radical”, se quejó Trump al salir.
El lunes temprano, el juez denegó una solicitud de la defensa para abstenerse del caso después de que los abogados de Trump afirmaran que tenía un conflicto de intereses. También dijo que los fiscales no podían reproducir para el jurado la grabación de Access Hollywood de 2005 en la que Trump fue capturado hablando de agarrar sexualmente a mujeres sin su permiso. Los fiscales podrán interrogar a los testigos sobre la grabación. El juez negó otra parte de la moción de la fiscalía, cuyo objetivo era presentar testimonios relacionados con la cinta del juicio civil de Trump por acusaciones de agresión sexual por parte de la escritora E. Jean Carroll.
Sí se permitirá el testimonio de Karen McDougal, quien alegó que tuvo una aventura con Trump, pero el juez limitó el alcance de lo que puede decir. También se permitirá a los fiscales presentar pruebas sobre la estrategia de la revista National Enquirer, que ayudó a impulsar la candidatura de Trump en 2016 al identificar y suprimir historias negativas, la práctica de “atrapar y matar”.