Berlín.— El 8 de diciembre llegará a su fin la era Angela Merkel en Alemania. Ese día entregará la estafeta a su sucesor, el socialdemócrata Olaf Scholz, poniendo fin a 16 años en el poder.
Ayer, Merkel recibió la tradicional despedida militar. Fue un adiós tan poco convencional como ha sido su estilo para gobernar. Un desfile nocturno de soldados con antorchas, el llamado Zapfenstreich o Toque de retreta, en el patio del Ministerio de Defensa. “Quiero agradecer a cuantos han afrontado con todas sus fuerzas la pandemia”, afirmó, en dirección a personal sanitario y soldados. Criticó a continuación, en el que seguramente será su último discurso como canciller, “a quienes niegan la evidencia científica y propagan el odio”.
Para esta despedida, Merkel pidió tres canciones: una fue el himno cristiano del siglo XVIII Santo Dios, alabamos tu nombre, una elección natural para la hija de un pastor protestante. La segunda fue una canción popular de la cantante alemana Hildegard Knef llamada Lloverán rosas rojas para mí.
Pero fue la tercera la que sorprendió a algunos. Se trata de la canción Olvidaste el rollo de color, estrenada en 1974 por la cantante punk Nina Hagen, nacida en Alemania Oriental. Es el lamento de una joven porque su novio no tomó fotos en color de sus vacaciones en la playa. Hagen, como Merkel, creció en Alemania Oriental, pero emigró a Occidente en 1976.
El próximo miércoles, el Bundestag (Parlamento) deberá votar a Scholz como canciller. Ese mismo día, se hará el traspaso de poder.
Scholz encabezará una coalición inédita de tres partidos, formada por los Socialdemócratas, los Verdes y los Liberales.