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Washington.— Luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, nominara a la jueza conservadora Amy Coney Barrett a la Corte Suprema, inició la lucha partidista por su confirmación, en la que los republicanos aplaudieron la decisión y los demócratas centraron sus baterías en el daño que se le haría a la cobertura sanitaria.
“Es mi honor nominar para la Corte Suprema a una de las mentes legales más brillantes de nuestro país”, dijo Trump en una declaración a la prensa desde la Rosaleda de la Casa Blanca.
El gobernante predijo una confirmación “muy rápida” de la jueza por el Senado, donde los republicanos cuentan con mayoría. El líder de la mayoría, Mitch McConnell, respondió que el mandatario “no podría haber tomado una mejor decisión”.
Reiteró su promesa de que el Senado lleve a cabo una votación sobre la nominación, diciendo que tendrá lugar “en las próximas semanas”. El senador John Barrasso de Wyoming, miembro del liderazgo republicano, declaró que se “le dará a la jueza Barrett una consideración completa y justa, y una votación oportuna en el pleno”.
Lindsey Graham, un republicano de Carolina del Sur, que preside el Comité Judicial del Senado y que enfrenta una reelección competitiva, elogió la selección de Trump. Acreditó a Barrett como “altamente calificada en todas las áreas que importan”. La senadora Lisa Murkowski, republicana de Alaska, dijo que a pesar de una declaración previa, que indica que no apoya que el presidente nomine a un juez de la Corte tan cerca de las elecciones, se reunirá con Barrett.
CNN reportó que, de acuerdo con un calendario probable, la audiencia para confirmar a Barrett podría comenzar el 12 de octubre. En el proceso, indicó la agencia AP, no se espera que los demócratas voten para confirmar a la jueza en la Corte antes de las elecciones.
Preocupa postura sobre Obamacare
El candidato demócrata Joe Biden respondió: “[Barrett] tiene un historial escrito de estar en desacuerdo con la decisión de la Corte Suprema de EU que confirma la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio”, dijo. Insistió en que no se debería actuar hasta después de las elecciones. Para la senadora Kamala Harris, compañera de fórmula de Biden, el nombramiento de Barrett “perjudicaría a millones de estadounidenses”, al poner en peligro la cobertura sanitaria adoptada durante la presidencia de Barack Obama.
El líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer, externó que la decisión del presidente ha puesto “la atención médica de los estadounidenses en la mira (...) El pueblo estadounidense no debe equivocarse: un voto de cualquier senador para la jueza Amy Coney Barrett es un voto para derogar la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio y eliminar las protecciones para millones de estadounidenses con afecciones preexistentes”.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se mostró contraria a la nominación. La campaña de la representante de Nueva York, Alexandria Ocasio-Cortez, envió un correo electrónico a sus partidarios con el asunto: “Confirmar que Amy Coney Barrett será el fin de la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio”.
La senadora Elizabeth Warren, de Massachusetts, tuiteó: “Sabemos que Trump elegirá a un candidato a la Corte Suprema que dará el golpe mortal a la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio y le quitará la atención médica a millones de personas durante una pandemia mortal”. La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) exhortó al Senado a posponer la confirmación hasta después de la investidura del nuevo presidente, el 20 de enero.
Si Barrett, profesora de derecho de 48 años, es confirmada por el Senado, se consolidaría la mayoría conservadora en el alto tribunal, que toma decisiones cruciales para la sociedad de EU, como el aborto o el sistema de salud. Barrett honró a Ginsburg: “Si me confirman, seré consciente de quién vino antes que yo (...) La bandera (...) aún ondea a media asta en memoria de la jueza Ruth Bader Ginsburg para marcar el final de una gran vida estadounidense”. Católica devota, madre de siete hijos, Barrett es la elección favorita de los conservadores. ABC News recuerda que la jueza es la aspirante más joven a la Corte desde Clarence Thomas, en 1991.