Gilroy, California.— Stephen Romero, de seis años, fue al Festival del Ajo de Gilroy con su madre y su abuela. Su familia es de San José, California, igual que la de Keyla Salazar, de 13 años.

Querían disfrutar de la comida, las competencias de cocina, de música... de una tradición de décadas en Gilroy; sin embargo, se encontraron con la muerte.

Alberto Romero estaba en su casa, con su hija de nueve años, cuando su esposa le llamó en pánico para decirle que le habían disparado a Stephen en la espalda, a ella en el estómago y una mano, y a la madre de ella en la pierna. “No podía creerlo, creí que estaba soñando”, contó al diario Mercury News.

En el hospital St. Louis le dijeron que estaban tratando de salvarlo, pero cinco minutos después le dieron la noticia de que había muerto. “Él era alegre, siempre quería jugar”, relató. “Tenía toda la vida por vivir, y sólo tenía seis años”, contó después a NBC Bay Area.

Su esposa, Barbara Aguirre, fue llevada al Santa Clara Valley Medical Center, en San José, donde fue colocada en coma inducido. Una campaña GoFundMe se inició para ayudar a los Romero. Otra similar se inició para Keyla, de quien no se proporcionó más información.

La tercera víctima fue Trevor Irby, un joven de 25 años que se graduó de biología en 2017 por el Kueka College de Nueva York.

Los Romero son primos de una integrante del Consejo de la ciudad de San José, Maya Esparza, quien posteó ayer un mensaje en Facebook.

“Pena compartida y oraciones para mis primos que resultaron heridos ayer y perdieron a mi pequeño primo de seis años. Estoy enojada, muy enojada. Esta violencia tiene que parar. ¿Cómo es que algunas personas tienen tan poco respeto por la vida?

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