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Dacca.- Bangladesh vivió este sábado nuevas protestas por el asesinato de la j oven Nusrat Jahan Rafi, que murió cuando le prendieron fuego en su colegio varias personas tras haber denunciado al director del centro por acoso sexual.
Al menos dos protestas tuvieron lugar el sábado en la capital bangladesí para denunciar el asesinato de la joven de 19 años, ocurrido la semana pasada en un pueblo en el este del país.
Nusrat Jahan Rafi falleció abrasada por las llamas en la azotea de su colegio, tras negarse a retirar la denuncia contra el director.
"Queremos un juicio rápido por el asesinato de Nusrat y un castigo ejemplar a los asesinos"
, afirmó a Efe la directora de la Fundación Nobojagoron, Amina Dewan, que encabezó este sábado en Dacca una protesta junto a un centenar de activistas.
Dewan aseguró que su intención es iniciar un movimiento contra el acoso a las mujeres, un "movimiento que debe empezar en cada familia", dijo.
Líderes del Partido Comunista de Bangladesh
y activistas protestaron también en varios campus universitarios de Dacca desde lo alto de un camión, donde armados con megáfonos y pancartas llamaron a la acción contra los ataques a mujeres en el país.
El ataque a la joven Nusrat se produjo el pasado 6 de abril, cuando varios individuos ocultos bajo un burka, entre ellos al menos dos compañeras, la engañaron para subir a la azotea del colegio, donde le pidieron que retirara la denuncia de acoso sexual contra el director del centro.
Al negarse, la rociaron con queroseno y le prendieron fuego. Nusrat moriría cuatro días después en un hospital tras padecer quemaduras en el 80% de su cuerpo.
El hermano de la joven, Mahmudul Hasan , explicó a Efe que después del ataque, cuando se dirigía en ambulancia al hospital con Nusrat, ésta le explicó que "los atacantes la presionaron para retirar la denuncia, pero ella lo rechazó".
El testimonio de su hermana lo grabó con el teléfono móvil.
Hasta el momento han sido arrestadas 14 personas relacionadas con el ataque, entre ellas cinco que llevaron a la joven a la azotea del colegio y "le prendieron fuego", reveló a Efe el jefe del Buró de Investigación de la Policía, Banaj Kumar Majumder.
Al menos seis de los acusados, incluidas dos personas que están directamente implicadas en el suceso, confesaron el crimen y dijeron que lo hicieron siguiendo órdenes del director del colegio, explicó Majumder, que agregó que intentaron hacerlo pasar por un "suicidio".
Parte de la indignación popular en Bangladesh por este caso también recae sobre la Policía, después de que se hiciera público el vídeo grabado por un agente en el que Nusrat, mientras presentaba la denuncia, narraba lo que le había hecho el director del colegio.
El oficial de policía desestimó el caso. "No es para tanto", se le escuchaba decir en la grabación.
El agente fue transferido tras la muerte de la joven, aunque no se sabe que se haya tomado ninguna otra medida contra él.
El director de la escuela fue detenido finalmente un día después de presentar la joven la denuncia, el 28 de marzo.
La indignación por el caso llegó a la primera ministra bangladesí, Sheikh Hasina , que pidió que no se escatimen esfuerzos para llevar a los culpables ante la justicia.
Tras la muerte de Nusrat, grupos defensores de derechos humanos han denunciado que los casos de abusos sexuales son comunes en el país por el fracaso continuado de las autoridades a la hora de penalizar a los atacantes.
Organizaciones locales como Odhikar aseguran que en 2018 al menos 47 mujeres, incluidas 32 menores, murieron tras ser violadas en Bangladesh y que se documentaron unos 635 abusos sexuales.
"Nusrat decidió reclamar justicia y lo pagó con su vida",
denunció en declaraciones a Efe la directora para el Sur de Asia de Human Rights Watch (HRW), Meenakshi Ganguly.
La directora regional de HRW remarcó que "las autoridades deben actuar ahora para asegurar que ningún autor de abusos sexuales en Bangladesh crea que saldrá impune".
"Eso significaría poner fin a las barreras institucionales, reformar el sistema judicial penal y asegurarse de que desaparece la cultura que lleva a avergonzar a las víctimas",
concluyó Ganguly.