Se prevé que un hombre de Indiana condenado por los asesinatos en 1997 de su hermano y otras tres personas reciba la inyección letal antes del amanecer del miércoles, la primera ejecución del estado en 15 años.
Joseph Corcoran, de 49 años, está en el corredor de la muerte en Indiana desde 1999, cuando fue condenado por el asesinato a tiros de su hermano, James Corcoran, de 30 años, el prometido de su hermana, Robert Scott Turner, de 32 años, y otros dos hombres: Timothy G. Bricker y Douglas A. Stillwell, ambos de 30 años.
A menos que haya una acción judicial de último minuto o una intervención del gobernador Eric Holcomb, Corcoran será ejecutado antes del amanecer del miércoles en la Prisión Estatal de Indiana en Michigan City, según funcionarios estatales. El verano pasado, el gobernador anunció la reanudación de las ejecuciones estatales después de un largo paréntesis marcado por la escasez de fármacos para inyecciones letales a nivel nacional.
El estado ha proporcionado pocos detalles sobre el proceso, incluyendo una hora específica de ejecución. Tampoco se permitirá la presencia de la prensa. Los funcionarios de la prisión de Indiana proporcionaron fotos de la cámara de ejecución con antelación, mostrando un espacio que parece una sala de operaciones escueta con una camilla, iluminación fluorescente brillante, un desagüe en el suelo y ventanas interiores a una sala de observación adyacente.
Los abogados apelaron la sentencia por años, argumentando que Corcoran padece una enfermedad mental grave, lo que afecta su capacidad para entender y tomar decisiones. Corcoran agotó sus apelaciones federales en 2016. A principios de este mes, sus abogados solicitaron a la Corte Suprema de Indiana que detuviera su ejecución, pero la solicitud fue denegada.
Según los registros judiciales, antes de que Corcoran matara a tiros a las cuatro víctimas en julio de 1997, estaba estresado porque el próximo matrimonio de su hermana con Turner le obligaría a mudarse de la casa de Fort Wayne, Indiana, que compartía con su hermano y su hermana.
Se despertó al escuchar a su hermano y a otros abajo hablando de él, cargó su rifle y luego le disparó a los cuatro hombres, muestran los registros. Estando encarcelado, Corcoran alardeó supuestamente de haber matado también a tiros a sus padres en 1992 en el condado Steuben, en el norte de Indiana. Fue acusado de sus asesinatos, pero absuelto.
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Si Corcoran es ejecutado según lo programado antes del amanecer del miércoles, será la primera ejecución del estado desde 2009, cuando Matthew Wrinkles pasó a la cámara de muerte por asesinar a su esposa, su cuñado y su cuñada en 1994.
Funcionarios estatales han dicho que no podían llevar a cabo las ejecuciones porque no había los fármacos utilizados en las inyecciones letales.
Durante años, ha habido una escasez en todo el país porque las farmacéuticas se han negado a vender sus productos para ese propósito. Eso ha llevado a los estados, incluido Indiana, a recurrir a farmacias de compuestos, que fabrican sustancias específicamente para un cliente. Algunos utilizan drogas más accesibles como los sedantes pentobarbital o midazolam, ambos de los cuales, según los críticos, pueden causar dolor intenso.
Varios grupos, incluidas asociaciones religiosas y defensores de las personas con discapacidad, se oponen a la ejecución. Varios activistas planeaban realizar una vigilia comenzando tarde el martes fuera de la prisión, a 90 kilómetros (unas 60 millas) al este de Chicago.
Una de las hermanas de Corcoran, Kelly Ernst, opina que la pena de muerte debería ser abolida y que la ejecución de su hermano no resolverá ni cambiará nada. No planea estar presente para la ejecución.
“Estoy sin palabras. Estoy realmente molesta de que lo hagan cerca de Navidad”, dijo.
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“Mi hermana y yo, nuestros cumpleaños son en diciembre. Quiero decir, simplemente siento que va a arruinar la Navidad para el resto de nuestras vidas. Eso es lo que parece”.
sg/mcc