Madrid.- La Fiscalía de Cataluña comenzó a investigar al menos 15 sitios de internet que incitan al suicidio, luego de la denuncia interpuesta por el Consell de l'Audiovisual de Catalunya (CAC), que considera que los videos y las páginas web reportadas son susceptibles del delito de inducción a la muerte tipificado en el Código Penal.
Las páginas web detectadas en esta región española son una muestra de lo que sucede a nivel internacional, ya que la mayoría de los jóvenes suicidas, con independencia del país donde residían, consultaron en algún momento cómo quitarse la vida a través de internet, según advierten los expertos. En muchos casos, la familia ha encontrado en su celular o computadora el historial de búsquedas o, directamente, las páginas alusivas al suicidio. Por cada suicidio consumado, hay 10 o 15 tentativas, muchas de ellas con consecuencias muy graves.
“El hecho de que en las redes sociales haya una información muy tóxica sobre las formas de autolesión y las conductas suicidas , favorece que se perfeccionen los métodos para ponerlas en práctica”, señala a EL UNIVERSAL Carles Alastuey , Vicepresidente de la agrupación Después del Suicidio-Asociación de Supervivientes (DSAS).
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“En una gran parte de los casos, sobre todo en personas jóvenes, la consulta en redes de métodos, medios y foros dedicados al suicidio, es algo muy habitual”, agrega Alastuey, quien también coordina los Grupos de Apoyo de la agrupación.
Hay un cambio de paradigma entre las personas más jóvenes sobre su manera de gestionar la búsqueda de conocimiento cuando éste tiene que ver con elementos de salud emocional dudosa, resalta el vicepresidente de DSAS quien, debido al suicidio, perdió a uno de sus familiares más cercanos.
“Las personas, cuanto más jóvenes son, huyen de los medios de información habituales, utilizan claramente los medios digitales como única fuente de información a la que le suelen dar una total veracidad, sin confirmar si esa información es correcta o no. Además, muchas de estas consultas tienen que ver con su estado emocional, que es un fenómeno muy reciente, sobre todo en los países latinos”, indica.
La pandemia ha agravado el aislamiento y el distanciamiento social, favoreciendo el acceso a estos medios digitales que tienen una carga tóxica muy importante, la cual resulta explosiva en un contexto en el que se normalizan las conductas de riesgo , cada vez más extremas, en función de una moda que adquiere alcance mundial y que establece que hay que tener constantemente distintas formas de divertimento, muchas de ellas agresivas, precisa Alastuey.
“Estamos ante una precocidad de las conductas emocionales distorsionadas, cada vez en personas más jóvenes que son las que más vida digital tienen”, asegura el portavoz de DSAS, quien se muestra partidario de adoptar posturas valientes frente al suicidio inducido creando instrumentos en la cultura digital.
“La sociedad tiene que tomar conciencia de que por cada página que hay en internet en positivo, existen cien mil en negativo. Hay que abandonar el tabú que existe en los medios de comunicación sobre la salud emocional de los ciudadanos, que apenas se aborda. El problema está completamente invisibilizado”, advierte, luego de subrayar que hay que hacer pedagogía sobre la conducta suicida y la salud mental para que alguien que tenga un pensamiento suicida puede hablar abiertamente de ello; que se transmita su preocupación, para evitar que esa persona se cause un daño irreparable, porque es algo que forma parte de la condición humana; y hay que asumirlo socialmente.
El responsable de la DSAS reconoce que no es fácil luchar contra los sitios que pregonan de alguna forma el suicidio, pero desde la agrupación exigen que se persigan legalmente estas conductas tóxicas y nocivas en el mundo digital, intentando en primera instancia cerrar la página. Algo que resulta difícil de conseguir, porque los contenidos se pueden volver a generar en un país distinto del que los alojaba y los responsables de los mismos pueden desaparecer de la noche a la mañana.
Por lo general, los casos de acoso digital guardan una relación directa con el impulso a una conducta suicida .
“Antes el acoso se daba únicamente en el entorno escolar. Pero ahora con las redes, el acoso te acompaña hasta tu propia casa, hasta tu propia habitación, con lo cual pierdes todas las medidas de protección. El acoso se hace presente en tu vida más íntima, que es algo que ha caracterizado el suicidio de personas muy jóvenes, con las que hemos tenido contacto con sus familiares”, refiere.
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En otras circunstancias, lo que ha facilitado el suicidio es la adquisición de forma ilegal de medicamentos, a los que se puede acceder sin recetas ni control, y que pueden favorecer el desarrollo de estas conductas.
“Cuando ha pasado algo irreparable, por comprobaciones muy básicas, a través del móvil, puedes acreditar que, cuando una persona ha fallecido, tenía una conducta a veces obsesiva de procedimientos y maneras de hacerlo. Tengo presente un caso muy concreto en el que la persona había adquirido cientos de medicamentos de forma ilegal; tenía su habitación repleta, con una conducta compulsiva que le indujo al suicidio. Con comportamientos invisibilizados, porque esa persona no se atreve a manifestar que tiene esa preocupación”, concluye Alastuey.
En la denuncia de los sitios de internet que incitan al suicidio interpuesta por el CAC, se pidió que las empresas que alojan estos vídeos y páginas web, borren los contenidos por vulnerar la legalidad, aunque el consejo audiovisual admite que no siempre es fácil demostrar la inducción al suicidio y que las compañías implicadas respondan con celeridad a sus peticiones de retirada.
El CAC advierte también de la facilidad de localizar estos contenidos , pese a los mecanismos que han instaurado las propias plataformas con alertas de ayudas y sistemas de denuncias de mensajes inapropiados.
A nivel internacional, ciertos contenidos se van trasladando cada vez con más frecuencia a entornos restringidos, como grupos de Whatsapp o Facebook cerrados. Es el caso de La Ballena Azul, un juego macabro que incitaba a los usuarios a suicidarse utilizando técnicas de manipulación psicológica y que está detrás de la muerte de varios jóvenes en Rusia, Brasil y Colombia.
De los más de 20 millones de resultados que arroja una búsqueda sobre “suicidio” en Google, el 10% remite a contenidos de riesgo, mientras que en Youtube, con casi 890 mil resultados, el porcentaje sería del 58%.
En los contenidos denunciados por el CAC figuran imágenes en las que una chica se corta las venas, con descripciones elogiosas de la felicidad y la paz que supuestamente se obtiene cuando el cuerpo se desangra; también hay parrafadas de exaltación de la muerte o tutoriales de cómo utilizar barbitúricos o mejores lugares para matarse.
"En general, internet y las redes sociales son un medio de comunicación base para personas que han hecho de la enfermedad mental, de los problemas de salud mental, su seña de identidad; ahí validan conductas, emociones, sentimientos y encuentran apoyo", señala por su parte el psicólogo Luis Fernando López Martínez, autor del estudio Suicidio, adolescencia, redes sociales e internet .
Para su investigación, el psicólogo realizó una búsqueda en Google con la frase `quiero suicidarme´.
"Quiero suicidarme sin dolor, quiero suicidarme formas, y quiero suicidarme, pero tengo miedo, fueron proporcionadas por el propio motor de búsqueda de Google, lo que quiere decir que son frases muy buscadas. El resultado de la búsqueda fue de 1. 6 millones de entradas", refiere el experto.
Al hacer un análisis de las primeras entradas, el psicólogo comprobó que el 65% de la información era contenido claramente prosuicida.
"La mayoría de los hilos están un poco ocultos como foros en páginas de coches, de ropa u otro tipo de productos. Ahí se abre un hilo y se llenan páginas de conversaciones. Tienen tantas visitas que Google lo posiciona arriba y cuando uno hace una búsqueda, aparecen", puntualiza López Martínez luego de señalar que, aunque las plataformas tecnológicas están asumiendo cada vez un papel más activo contra los contenidos que inducen al suicidio, es algo que resulta insuficiente.
En los últimos años se ha acuñado el término cibersuicidio para mostrar cómo las tecnologías de la información y la comunicación tienen un papel primordial por su influencia en determinados tipos de conductas, sobre todo autodestructivas , autolesivas y suicidas .
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