Antes de la llegada de la "tradicional" temporada de incendios con el otoño, el fuego consume otra vez bosques, destruye ciudades y deja miles de personas sin hogar en el oeste de Estados Unidos.
En California, Oregon y el estado de Washington, al menos 35 personas han perdido la vida desde principios de agosto, se han denunciado decenas de desaparecidos y se han quemado casi dos millones de hectáreas de terrenos.
En gran parte del oeste de Estados Unidos los cielos se han teñido de naranja y la calidad del aire ha empeorado, mientras decenas de miles de personas han tenido que abandonar sus casas por el temor a las llamas.
La situación llevó este jueves a la ciudad de Sacramento al presidente Donald Trump, quien desde que comenzaron los incendios ha atribuido sus causas a un supuesto mal manejo forestal y, contrario a la opinión científica, ha negado que se trate de una consecuencia del cambio climático.
"Empezará a ponerse más fresco ahora (el tiempo) (...) No creo que la ciencia sepa en realidad (la causa)", dijo.
Antes, en la mañana, su contendiente demócrata Joe Biden había llamado a Trump un "pirómano climático", tras cuestionar al mandatario por negar la influencia del calentamiento global en los incendios.
Pero más allá del debate político a pocas semanas de las elecciones, desde que comenzaron las llamas en agosto pasado, varios expertos y autoridades locales han llamado la atención sobre como cada año la situación con los fuegos en el oeste de Estados Unidos empeora de forma dramática.
Según el Departamento de Bomberos de California, nueve de los 15 incendios más destructivos en la historia del estado han ocurrido en los últimos cinco años y seis de los 20 más grandes desde que se tiene registro han tenido lugar este 2020.
"Hemos visto cinco veces más incendios ahora en California que los que vimos en la década de 1960 y hemos visto un aumento de casi 2 grados en la temperatura en el último siglo en esa zona que se ha traducido en el doble de bosques quemados", dice a BBC Mundo Jennifer Balch, experta en ecología de incendios de la Universidad de Colorado Boulder.
¿A qué se debe que desde hace casi una década, cada temporada de incendios en California se supera la tragedia del año anterior? ¿Qué puede esperarse en el futuro del clima en un estado cuya economía, si fuera un país, representaría la quinta más grande del planeta?
Detrás de los fuegos
Balch explica que para que ocurra un incendio forestal, hay "tres ingredientes necesarios":
- "Primero, está el clima. Es necesario un clima seco y cálido para que se puede quemar"
- "Se necesita un combustible, algo que queme, ya sea hojas, troncos, etc."
- "Y se necesita un bosque de ignición, es decir, cuyas características se presten a incendiarse"
De acuerdo con la experta, en el oeste de Estados Unidos y en especial, en California, existe un ecosistema típico que permite que, en determinadas épocas del año, esos factores coincidan y dan paso a los incendios forestales.
"En California, durante el otoño se reúnen estas condiciones que, además, se agravan por los fuertes vientos, como los de Santa Ana, que afectan la región sur del estado. Cuando todas estas condiciones confluyen y están esos fuertes vientos se producen estos grandes incendios", señala.
El climatólogo Dustin Mulvaney, profesor de estudios ambientales de la San José State University, coincide en que los incendios forestales han sido parte "histórica y natural del ecosistema de California, con sus temporadas de verano seco e invierno lluvioso".
"California tiene también una tiene una larga historia de rayos, incluso hay árboles dependientes del fuego que requieren altas temperaturas para abrir las piñas. Los primeros europeos que vieron aquí encontraron gente que vivía y manejaba la tierra con fuego", agrega.
Sin embargo, de acuerdo con los expertos, si bien los incendios forestales en muchas ocasiones obedecen a causas naturales, en los últimos años ha aumentado su frecuencia y su poder destructivo.
Según un artículo publicado recientemente en la revista Environmental Research Letters, durante los 40 años, las fuerzas combinadas de temperaturas más altas y niveles más bajos de precipitación (California vive una intensa sequía desde hace más de una década) han duplicado el riesgo de condiciones extremas de incendios forestales durante el otoño.
Así, según otra investigación de la Universidad de Colorado, el área quemada por los fuegos en California aumentó más de cinco veces desde 1972 a 2019 de un promedio 611 kilómetros cuadrados al año a 13.610 kilómetros cuadrados al año.
El cambio climático
Y detrás de esas circunstancias, según Balch y Malveney, está el cambio climático.
"La razón por la que estamos viendo más incendios forestales y están siendo cada vez más graves es porque los humanos estamos cambiando esos ingredientes que se necesitan para un fuego, estamos cambiando el clima", asegura la académica.
"Sabemos que hay una relación entre el cambio climático y los incendios forestales. Sabemos que se están quemando más áreas cada año como resultado del calentamiento global y lo hemos sabido desde hace más de una década", agrega.
Balch considera que el cambio climático es parte fundamental de la historia "porque a través del calentamiento global, estamos haciendo que los suelos estén más secos, y eso es particularmente así en el oeste de Estados Unidos", donde también se ha constatado un aumento de temperatura de más de 1 ºC en el último siglo.
Según una investigación publicada en la revista Scienceen 2014, cada 1 ºC adicional podrían aumentar los rayos sobre EE.UU. en aproximadamente un 12% y una de las causas que las autoridades han manejado de los actuales incendios es una insólita actividad eléctrica en la atmósfera en el mes pasado.
En California, una sequía prolongada durante la última década ha matado millones de árboles, convirtiéndolos en un potente combustible para los incendios. Las regiones montañosas que normalmente son más frías y húmedas se han secado más rápidamente en el verano, lo que las convierte también en potencial de combustible.
Otras razones
Pero de acuerdo con Malveany, además de la sequía, otras circunstancias "reforzadas por el cambio climático" han actuado como "un cóctel" para la situación actual.
El experto señala que la propia contención de los incendios ha llevado a que áreas que naturalmente deberían haberse quemado antes, se hayan preservado, lo que ha aumentado la superficie boscosa proclive a nuevos incendios.
También, dice, se terminaron "los regímenes de fuego aborígenes", los incendios controlados de las tribus originarias que ayudaban a disminuir la cantidad de malezas que se podría quemar.
Pero entre ellos resalta un hecho que ha estado asociado al propio crecimiento del estado y los costos en la vivienda que ha implicado el desarrollo de California como centro tecnológico del mundo: la sobrepoblación y la creación de barrios y ciudades en zonas donde se originan tradicionalmente incendios forestales.
"Estas casas tienden a ser más pobres también, por lo que pueden no estar a la altura del código de construcción", señala.
"Las casas se queman con demasiada facilidad. Tenemos muchas casas que se quemaron de dentro hacia fuera. Una sola brasa les prende fuego. Esta no es una forma de construir en la zonas que son proclives a incendios forestales", señala.
Pero de acuerdo con Balch, el crecimiento de la población cerca de zonas boscosas también ha aumentado los riesgos de que los humanos o situaciones asociadas a las comunidades (como la caída de líneas eléctricas) puedan estar también detrás del inicio de los incendios.
"Los humanos estamos muchas veces detrás de la ignición que da origen a muchos incendios. Hemos construido una pesadilla en lugares inflamables y eso solo empeora por el cambio climático", señala.
Dadas estas circunstancias, los expertos consultados por BBC Mundo no creen que exista una solución a corto o mediano plazo.
"Tenemos un problema con los incendios que no creo vaya a cambiar en un futuro cercano, por lo que vamos a tener que buscar soluciones, principalmente en estados como California", señala Balch.
La experta cree que los incendios son diferentes a otras amenazas naturales porque tenemos un rol en generarlos o controlarlos.
"Y sabemos cómo hacerlo. Podemos reducir nuestras emisiones, podemos usar fuego para contralar el fuego (incendios controlados), podemos hacer mucho más para intentar reducir el riesgo de nuevos incendios", señala.
"Como nación hemos contribuido colectivamente a esta situación. Ahora también como nación tenemos que pensar de manera colectiva en cómo resolvemos ese problema, cómo salvamos nuestra casa y la tierra, al final, que es también nuestro hogar", agrega.
lsm