El caso de una recién nacida ha dado la vuelta al mundo, luego de que médicos en Boston, Massachusetts, lograrán con éxito salvar la vida de una pequeña a través de una cirugía fetal, única en su tipo.
De acuerdo con CNN news, Derek y Kenyatta Coleman, de Baton Rouge, Louisiana, han estado casados durante siete años y estaban listos para ser padres nuevamente.
“El bebé estaba bien. La exploración anatómica resultó normal. Todos sus perfiles biofísicos eran anodinos”, dijo Kenyatta, de 36 años.
Los Coleman incluso hicieron pruebas genéticas que caracterizaron el embarazo de Kenyatta como de “bajo riesgo”, dijo: “Honestamente, pensamos que estábamos limpios”.
Sin embargo, las cosas cambiaron cuando Kenyatta se hizo una ecografía a las 30 semanas de embarazo, la mujer quien es madre de tres hijos recuerda que su medico le indicó que algo no estaba bien en su embarazo.
“Ella me dijo que algo no estaba bien en términos del cerebro del bebé y que también su corazón estaba agrandado”, comentó.
Tras realizarse un estudio, el diagnóstico arrojo que la menor tenía la malformación de la vena de galeno (VOGM, por sus siglas en inglés).
Tras recibir esta noticia y al conocer los posibles riesgos (que podían ir desde una hemorragia cerebral para el feto hasta un aborto prematuro), Los Coleman decidieron unirse a un ensayo clínico para recibir un tratamiento antes de que naciera la bebé.
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El equipo de Boston Children's Hospital y el Massachusetts General Hospital llevaron a cabo el procedimiento en el feto, cirugía en la que los especialistas tuvieron que asegurarse de que el feto estuviera en la posición correcta para llevar a cabo la operación.
En dicho procedimiento médicos tuvieron que cortar el útero de la mujer para posteriormente cortar el cráneo del bebé y finalmente operar su cerebro en desarrollo.
“Fue emocionante en el momento en que tuvimos éxito técnico al realizar la embolización”, dijo a CNN, Darren Orbach, radiólogo del Boston Children's Hospital y experto en el tratamiento de VOGM.
Tras la cirugía, la bebé nació a los dos días de la operación sin defectos congénitos y complicaciones limitadas con un peso de 4 libras y 1 onza.
“La escuché llorar por primera vez y simplemente, yo… ni siquiera puedo expresar con palabras cómo me sentí en ese momento”, recuerda Kenyatta.
“Fue simplemente, ya sabes, el momento más hermoso poder abrazarla, mirarla y luego escucharla llorar”.
Tres semanas después del nacimiento, el bebé no mostró signos de flujo sanguíneo anormal en las imágenes de resonancia magnética y no necesitó asistencia cardiovascular.
“En el período inmediato de recién nacido, estaba muy estable y no necesitó ninguno de los tratamientos inmediatos que suelen necesitar, ya sea colocar espirales o apoyar su función cardíaca con medicamentos”, dijo Louise Wilkins-Haug, directora de la división de Medicina Materno Fetal y Genética Reproductiva del Brigham and Women's Hospital.
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Una malformación de la vena de Galeno un tipo de anormalidad rara de los vasos sanguíneos dentro del cerebro, en la que las arterias deformes del cerebro se conectan directamente con las venas en lugar de los capilares, lo que ralentiza el flujo sanguíneo y la sangre a alta presión puede precipitarse hacia el cerebro, según el Boston Children's Hospital.
Esta malformación podría causar:
Si no se diagnostica y trata a tiempo, la VOGM puede causar problemas graves e incluso puede poner en peligro la vida.
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