El presidente de Estados Unidos, Donald Trump , predijo el jueves que el juicio político en el Senado que busca su destitución se terminaría "muy rápidamente", denunciando nuevamente "una caza de brujas " de la oposición demócrata.
"Debería ir muy rápido", dijo el magnate republicano desde la Oficina Oval.
Con la solemne lectura de los cargos, comenzó este jueves en el Senado de Estados Unidos el juicio político contra el presidente Donald Trump por abuso de poder y obstrucción del Congreso.
El sargento de armas del Senado, Michael Stenger, abrió el tercer juicio político a un presidente estadounidense en la historia con una advertencia a los 100 senadores.
"Todas las personas tienen orden de guardar silencio, so pena de prisión, mientras que la Cámara de Representantes presenta al Senado de Estados Unidos los cargos contra Donald John Trump, presidente de Estados Unidos", dijo Stenger después de que los siete miembros de la Cámara de Representantes que actuarán como fiscales se congregaran en el hemiciclo de la Cámara Alta.
Adam Schiff, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara Baja, que se desempeñará como fiscal principal del juicio, leyó entonces los dos cargos aprobados el 18 de diciembre.
Trump
es acusado de "crímenes graves y delitos menores", dijo.
El presidente de la Corte Suprema de Justicia , John Roberts, prestó juramento a para encabezar el juicio.
Roberts, de 64 años, nombrado miembro del máximo tribunal de la nación por el presidente George W. Bush , tomó luego juramento a los 100 senadores que se comprometerán a actuar de manera "imparcial"
El juicio político del presidente estadounidense, Donald Trump, se retomará el martes a las 13:00 (18:00 GMT), anunció este jueves el jefe de la mayoría republicana en el Senado estadounidense, Mitch McConnell.
Los senadores estadounidense prestaron juramento este jueves ante el presidente de la Corte Suprema de Estados Unidos, John Roberts, en el primer acto del proceso contra el presidente republicano.
La absolución de Trump es ampliamente esperada. Para condenar y destituir a un presidente se requiere el apoyo de dos tercios del Senado, algo improbable en la Cámara Alta dominada por los republicanos.
lsm