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Investigadores y líderes religiosos divulgaron los resultados de un experimento de dos meses realizado a través del arte en una capilla católica en Suiza, donde un avatar de “Jesús" en una pantalla de computadora -ubicada en un confesionario- recibió preguntas de los visitantes sobre fe, moralidad y problemas modernos, y ofreció respuestas basadas en las Escrituras. La idea, dijo el asistente teológico de la capilla, era reconocer la creciente importancia de la inteligencia artificial en la vida humana, incluso en lo que respecta a la religión, y explorar los límites de la confianza humana en una máquina.
Concluido el ensayo, que llevó el nombre “Deus in Machina” y se realizó en la Capilla de San Pedro desde de finales del mes agosto, unas 900 conversaciones de visitantes -algunos acudieron más de una vez- fueron transcritas de manera anónima. Los responsables del proyecto afirmaron que fue en gran medida un éxito: los visitantes a menudo salían conmovidos o sumidos en sus pensamientos, y encontraron fácil su uso.
Un pequeño cartel invitaba a los visitantes a entrar en un confesionario -elegido por su intimidad- y debajo de una rejilla por la que los creyentes penitentes usualmente hablan con un sacerdote, una luz verde señalaba el turno del visitante para hablar, y una roja se encendía cuando el “Jesús IA” en una pantalla de computadora al otro lado respondía. A menudo era necesario esperar un tiempo para recibir la respuesta, lo que da fe de la complejidad técnica. Al salir, casi 300 visitantes rellenaron cuestionarios que sirvieron de base para el informe publicado esta semana.
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Philipp Haslbauer, especialista en tecnologías de la información en la Universidad de Ciencias Aplicadas y Artes de Lucerna que coordinó el aspecto técnico del proyecto, detalló que la inteligencia artificial responsable de asumir el papel de “Jesús IA” y generar respuestas fue GPT-4o de OpenAI. Se empleó además una versión de código abierto de la compañía Whisper para la comprensión del habla y un generador de video de IA de Heygen para producir voz e imagen de una persona real. Haslbauer remarcó que no se utilizaron salvaguardas específicas “porque observamos que GPT-4o responde bastante bien a temas controvertidos”.
Los visitantes abordaron muchos tópicos, incluyendo el amor verdadero, la vida después de la muerte, sentimientos de soledad, guerra y sufrimiento en el mundo, la existencia de Dios, además de temas como los casos de abuso sexual en la Iglesia católica o su posición sobre la homosexualidad. La mayoría de los visitantes se describieron como cristianos, aunque también participaron agnósticos, ateos, musulmanes, budistas y taoístas, según un resumen del proyecto. Aproximadamente un tercio eran hablantes de alemán, pero el “Jesús IA” también tuvo conversaciones en chino, inglés, francés, húngaro, italiano, ruso y español.
“Lo que fue realmente interesante (fue) ver que la gente hablaba con él realmente en serio. No venían a hacer bromas”, destacó el teólogo de la capilla Marco Schmid, quien lideró el proyecto. La mayoría de los visitantes tenían entre 40 y 70 años, y los católicos encontraron más estimulante la experiencia que los protestantes.
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Schmid fue rápido en señalar que el “Jesús IA” -presentado como una persona “similar a Jesús”- era un experimento artístico para hacer que la gente pensara sobre la intersección entre lo digital y lo divino, no un sustituto de la interacción humana o las confesiones sacramentales con un sacerdote”. “Para la gente estaba claro que era una computadora. No estaba programado para dar absoluciones ni oraciones. Al final, era más un resumen de la conversación”, recalcó a continuación.
Kenneth Cukier, periodista, autor y experto del grupo sin fines de lucro con sede en Estados Unidos llamado “IA y Fe”, opinó que si “Jesús IA” ayuda a las personas a conectarse más profundamente consigo mismas y con el mundo, “tiene que ser algo bueno”. “Esto llevará a mejores individuos y un mundo mejor”, coincidió. Pero también reparó en un punto importante: “Sin embargo, esto sí parece un poco infantil, y perdón por el juego de palabras, maquinal”.
“El riesgo es que aleje a las personas, en última instancia, de aquello que es más significativo, más profundo y auténtico en la espiritualidad”, sostuvo Cukier, coautor de “Big Data: Una revolución que transformará cómo trabajamos, vivimos y pensamos”.
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Para Schmid, la exposición fue un proyecto piloto, y no prevé una segunda venida de Jesús IA en el corto plazo. “Para nosotros, también estaba claro que solo sería un tiempo limitado en el que expondríamos a este Jesús”, precisó, añadiendo que cualquier retorno necesitaría primero una reflexión más profunda.
“Estamos discutiendo… cómo podríamos revivirlo nuevamente”, dijo, dando a entender que existe interés de parroquias, maestros, investigadores y otros a medida que el proyecto recibió atención mediática en Suiza. “Les gustaría tener a este Jesús IA. Así que ahora tenemos que reflexionar sobre cómo queremos continuar”, cerró. Con información de The Associated Press.