Minsk.— Las huelgas se extienden en todo Bielorrusia, en rechazo a los resultados de las elecciones presidenciales del 9 de agosto, y el mandatario Alexander Lukashenko fue interrumpido y abucheado por obreros al visitar una fábrica, ayer.
Lukashenko, quien viajó en helicóptero a la fábrica MZKT, en Minsk, para recabar apoyo, protagonizó un tenso cara a cara con obreros en huelga que le gritaron “¡Vete!”.
“Nunca cederé a la presión”, respondió el mandatario.
Lukashenko, de 65 años, aseveró que el país podría celebrar unos nuevos comicios presidenciales, pero sólo después de aprobar una versión modificada de la Constitución en un referéndum a nivel nacional, lo que parece un intento para ganar algo de tiempo en medio de la creciente crisis política.
La propuesta no calmó a los manifestantes, quienes volvieron a congregarse en la Plaza de la Independencia de la capital por la tarde para continuar presionando para que Lukashenko dimita.
“No queremos nuevas constituciones o referendos. Queremos la renuncia de Lukashenko”, afimró Dmitry Averkin, de 45 años, quien trabaja en una fábrica. “Cuanto más rápido renuncie, más rápido el país volverá a la normalidad”, agregó.
Lukashenko comentó a los trabajadores de la fábrica que aquellos que pretenden declararse en huelga podrían irse si así lo desean, pero añadió que las protestas están arruinando la economía y dijo que el país colapsaría si abandona el cargo.
Mientras hablaba, más de 5 mil trabajadores en huelga de la Planta de Tractores de Minsk marchaban por las calles de la ciudad, uniéndose a un número cada vez mayor de empleados de fábricas controladas por el Estado a lo largo y ancho de la nación de 9.5 millones de habitantes, que han realizado paros laborales. La candidata opositora, Svetlana Tijanóvskaya, quien obtuvo 10% de votos en los comicios, se declaró lista para “asumir [sus] responsabilidades” y gobernar, en un video grabado en Lituania, donde se refugió.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, respaldaron a los manifestantes bielorrusos y auguraron sanciones por el uso de violencia. “El pueblo de Bielorrusia tiene que saber que la UE está de su lado”, declaró Von der Leyen. En Estados Unidos, el presidente Donald Trump dijo que sigue “muy de cerca” la situación.