Whatakane, Nueva Zelanda.— Un bote tras otro, llenos de sobrevivientes con quemaduras de diversos grados. Imágenes del horror que vivió Geoff Hopkins, un residente de Hamilton, Nueva Zelanda, y quien auxilió a las víctimas de la erupción del volcán Whakaari, en White Island.
Al paso de las horas el horror que se vivió ayer fue saliendo a la luz. Cinco muertos, ocho desaparecidos que se cree también perecieron y 31 personas hospitalizadas, algunas de ellas con heridas críticas, es el saldo parcial de la erupción ocurrida a las 14:11 hora local.
“Estaban masivamente quemados”, contó Hopkins al New Zealand Herald, al recordar a los lesionados que trasladó en su bote, algunos de los cuales perdían y recobraban la conciencia por ratos, mientras él intentaba tranquilizarlos, diciendo que todo está bien.
Las historias de sobrevivientes dieron cuenta de lo ocurrido. “Dios mío”, tuiteó Michael Schade, quien compartió un video de la erupción: “Mi familia y yo habíamos salido de allí 20 minutos antes; estábamos esperando a nuestro bote a punto de irnos cuando lo vimos. La travesía de vuelta atendiendo a la gente rescatada por nuestro bote fue indescriptible”. El video mostraba un muro de ceniza y vapor en torno a la isla, y un helicóptero muy dañado y cubierto de ceniza. Una mujer sufrió lesiones graves, pero parecía “fuerte” hacia el final del viaje, comentó.
En total, según el Herald, había 47 personas en la isla privada, 38 de ellas del crucero Ovation of the Seas, de Royal Caribbean, que había atracado en la vecina isla North para permitir a los turistas que contrataron recorrido en el volcán hacer su paseo.
Un video muestra a algunos turistas justo explorando el volcán cuando ocurre la primera de dos explosiones. La imagen entonces se va a negros.
Hopkins llegó a White Island como regalo de cumpleaños de su hija. Tras visitar el volcán, regresaron al bote, que dio una última vuelta para observar de lejos el cráter, antes de comenzar a alejarse. Fue entonces cuando se escuchó una especie de resuello, dijo al Herald. “Vimos al volcán erupcionar ante nuestros ojos. Luego, la ceniza se esparció por todos lados y todo se volvió bastante amenazador”, continuó.
Vieron a la gente que estaba en la isla correr hacia el mar. Y del bote se lanzó un inflable para ayudar a las personas: “No creo que hubiera alguien que no tuviera quemaduras graves”.
Entre los heridos estaba una pareja de estadounidenses que se encontraba de luna de miel: Lauren Urey, de 32 años, y su esposo Matthew. Lauren fue sometida a cirugía tras sufrir graves quemaduras en al menos 20% de su cuerpo, en sus extremidades inferiores. Matthew fue trasladado a una clínica en Christchurch para atenderlo de quemaduras en 80% del cuerpo.
Los expertos veían 50% de probabilidades de una nueva erupción, lo que complicó ayer la búsqueda de sobrevivientes.
Tras el desastre surgió la pregunta de por qué se permitía que personas visitaran la isla a unos 50 kilómetros de la costa de Nueva Zelanda después de que los científicos registraran un aumento en la actividad volcánica en semanas recientes y de que se elevara a dos el nivel de alerta (de cinco).
La isla White es la punta de un volcán subacuático. Es propiedad privada y White Island Tours son los guardianes.
Aunque GeoNat, a cargo del sistema de alerta volcánico de Nueva Zelanda, elevó el nivel de alarma, por “inestabilidad volcánica de moderada a elevada”, aseguró que la actividad no representaba peligro directo para los visitantes.
Las operadoras turísticas son las que deciden si llevar o no a los turistas a la isla, propiedad del fideicomiso de la Familia Buttle. Todo se hace a través de permisos controlados. En su página en internet. White Island Tours advierte que los pasajeros deben “ser conscientes de que siempre existe el riesgo de que haya una actividad eruptiva, sin importar el nivel de alerta”.
Hopkins dijo al Herald que se quedó un buen rato con una pareja de turistas que estaban muy quemados. “Mi temor es que no lo hayan logrado. Había cinco personas en estado crítico en nuestro bote y se confirmaron cinco decesos... Estaban tan quemados”, lamentó.